Las buenas costumbres digitales: 10 claves

Si quieres empezar a enfocarte en desarrollar buenas costumbres digitales, la primera noción tiene que ver con separar tu vida "real" de la "virtual". Muchas personas confunden estos dos escenarios y terminan instalados en lo digital sin vivir experiencias humanas donde el intercambio es importante.

Y sí que la pandemia nos ha alejado del "cara a cara", pero tenemos a la familia, a los amigos más cercanos, inclusive para, utilizar los medios de conversación digital para compartir aspectos importantes de nuestra vida física.

"Tu vida no está en Internet" significa que trates de ser consciente de los tiempos, las contracturas, los silencios, el daño físico a tus oídos, ojos y todo aquello que va ocurriendo también sobre la mente, sin que nos demos cuenta.

Por supuesto, la decisión es de cada uno pero si estás leyendo este aporte de Blog Emprendedor, estás en el mundo del emprendimiento y por alguna razón, te sientes afectado o afectada por un uso excesivo de las tecnologías, quédate porque vamos a compartir varios aspectos importantes para nuestras vidas.

Buenas costumbres digitales sin duda alguna es una idea muy relacionada también, con la seguridad. Y es que Internet, nunca se sabe cuando un perfil puede no ser real y eso, desde ya, genera riesgos, desde los menos inofensivos hasta los realmente preocupantes.

Necesitamos enseñar a nuestros hijos a protegerse de las personas que utilizan la información que compartimos para llegar hasta nosotros de la forma más simple posible: haciéndonos pensar que nos conocen o que son personas confiables.

La información personal además, es muy sencilla de seguir.

Si tu caso es el de un emprendedor o emprendedora que necesita desarrollar un perfil público, tus datos de contacto son el nivel más abierto de información personal que deberías publicar.

No se trata tampoco, de vivir angustiados por las redes, pero sí, de estar muy alertas frente a los perfiles y sus comportamientos digitales. Las aplicaciones tienen alternativas para proteger la información sensible, emplea dichas opciones.

No deberíamos cruzar la barrera de la falta de respeto a las personas, por sus ideas, por sus opiniones, respaldos, o contenidos publicados. Ya que una de las buenas costumbres digitales, debería ser el respeto de las diferencias, sean las que sean.

Por supuesto, no estamos hablando de los delitos, sino del derecho y responsabilidad (al mismo tiempo) a la expresión de nuestras ideas.

Aún así, "Como te leen, te interpretan" es un hecho de la sociedad digitalizada que alude a que las personas se centrarán en tus contenidos, para reaccionar en lo personal, contra ti o a tu favor, y a pesar de que ello, no es objetivo.

El día en que las palabras no nos afecten tanto como dejamos que lo hagan, las cosas cambiarán en las redes sociales.

Recuerda que la percepción, en medios digitales, es más riesgosa, justamente por la ausencia de constataciones físico - emocionales, al momento de emitir los mensajes.

Me encanta esta clave sobre las buenas costumbres digitales dado que es "multidimensional".

Por un lado, significa que debes ser consciente de que por los ojos, todo tipo de información ingresa y necesitamos, "afilar" bien ese sentido físico, para que cuando llegue el momento de interpretar el mundo que nos rodee, reduzcamos al máximo las percepciones erradas.

Por otro lado, físicamente, los ojos pueden dañarse por un mal uso de las tecnologías: celulares, tablets, pantallas de computadora y televisores, además de otros dispositivos, emiten "luz azul", la cual bloquea el parpadeo constante, una actividad natural y sanadora para nuestros ojos.

Afecciones como las del síndrome del ojo seco, los ojos irritados y otros malestares relacionados, comienzan en el hecho de despreocuparnos sobre el cuidado de nuestros ojos, gracias a nuestra inmersión en el mundo digital.

Un contenido tóxico, puede tener muchas formas:

• Una opinión mal intencionada.
• Información construida para dañar reputaciones.
• Contenidos publicados con la intención de generar miedo o pánico.
• Datos o publicaciones distractivas para robar, engañar o cometer ilícitos digitales.
• Contenidos sensibles que pueden ser muy reales pero tienen excesiva difusión.

Este tipo de aportes, no pueden entrar a las redes u otros lugares de Internet como parte de buenas costumbres digitales, sino todo lo contrario.

Si bien depende de nosotros mismos limitar nuestro interés (o reducirlo), también somos nosotros mismos quienes deberán asumirlos con cuidado para no afectar nuestro desempeño o balance emocional.

Te dejamos un aporte de nuestra sección "Frases de Impacto" para que puedas conocer una de las soluciones para este caso: Las palabras solo son lo que dejamos que sean (overflow.pe)

Este es otro ejemplo de cómo las buenas costumbres digitales tienen que ver con cómo nos interrelacionamos entre usuarios.

Y por su puesto, aquí no sólo entran aquellos casos donde una ex pareja termina por perjudicar a su círculo de amigos, sino también el caso de emprendedores que sostienen pésimas relaciones públicas con ex clientes, ex socios o ex inversionistas.

Más allá de que se pruebe o no un mal comportamiento por alguna de las partes, existen fórmulas, vías legales, y acuerdos o canales privados que suponen la posibilidad de resolver diferencias.

Para ello deberemos tener claro qué las origina, si se trata de algo objetivo o subjetivo, y qué importancia da cada parte involucrada a dichos enfoques.

El caso de equipos de trabajo por asociación o freelance, que no se llevan bien por diversos motivos, son otro ejemplo de relaciones digitales que deben cortarse por lo sano.

De nada sirve avanzar en la vida, creando malestar, cuando ello, tarde o temprano va a afectar el nivel profesional de la comunicación o del desempeño.

Internet, y en especial, las redes sociales, en mayor o menor medida, están llenas de "enfrentamientos verbales" donde el respeto por la persona se ha extinguido.

Los intercambios pueden llegar a perder todo tipo de lógica, sentido o necesidad tal cual se expresan. Solemos ver diálogos que se fueron "por las ramas" en el deseo de imponerse sobre el otro.

Por ello decimos que al final nadie gana cuando por el contrario, guiados de las buenas costumbres digitales, deberíamos enfocarnos en los hechos, argumentar con propiedad y resolver todo en el plano de las ideas: ¡Con respeto!

Para lograrlo, necesitamos voluntad, coherencia, respeto, y amor por los valores. Por lo general, cuando expresamos conversaciones rudas, y desviamos el centro del tema hacia el otro para atacarlo, decimos más de nosotros mismos, que acerca de nuestra capacidad para solucionar problemas o malos entendidos.

Es muy lamentable que en este tipo de diálogos se deslicen:

• Ideas falsas.
• Palabras soeces.
• Confusión por la constante intervención desaforada de todos los participantes.
• Insultos que lindan con lo ilegal.
• Y que muchas personas vean como adecuados este tipo de diálogos, o por lo menos: justos, merecidos o lógicos.

Una conclusión del punto anterior, tiene que ver con una premisa de las buenas costumbres digitales, relacionadas a las respuestas en línea.

Tomando en cuenta que mucho de lo que queda en línea impacta a un público lector, que las copias de pantalla están a la orden para replicar lo que se dijo de mala manera y que -dado que es común atacar al interlocutor en lugar de argumentar- quedar realmente mal es súper fácil hoy en día.

Si bien es cierto, necesitamos una mejor gestión digital de nuestro desborde de emociones, la premisa tiene que ver con enfocarse en la idea que queremos rebatir y no en la persona.

No es fácil, a confieso que en más de una oportunidad he caído en esa oscura costumbre. Lo importante, es darse cuenta, ofrecer disculpas, y mejorar inmediatamente el enfoque de nuestro argumento.

De este modo, siguiendo la idea, y asumiendo que la otra persona no se verá ofendida, podemos expresar con las palabras adecuadas, porqué consideramos estar en desacuerdo con la idea del otro.

El problema viene cuando el otro no piensa igual y sigue viendo un ataque. Eso tiene que ver también con un desbalance emocional que otorga demasiada vinculación a las ideas que expresamos en un diálogo con respecto de nosotros mismos.

Siempre he pensado que las excesivas publicaciones motivadas por lograr una presencia digital persistente, permanente, abultada y masiva, tienen un lado malo: No siempre contribuyen con un perfil de aporte relacionado con la calidad de su contenido.

Creo que las buenas costumbres digitales, deberían centrarse en el aporte meditado, útil, beneficioso de la cultura, los valores, los grupos de personas diversas, las necesidades de la sociedad, y sí, a todo, pero también a dejarse influenciar únicamente por que "el algoritmo me coloque cómo sea en el top 10" de los usuarios de tu red social.

El liderazgo digital tiene que ver con una mejor práctica integradora de la comunicación, de modo que quien comunique en la red, forme parte del emisor, pero también del receptor, y por supuesto, aporte y reciba mensajes coherentes y de valor.

La práctica de las claves para desarrollar un liderazgo digital real, pueden aportar al emprendimiento en muchos sentidos, desarrollando comunidades que contribuyan a su definición central o quehacer de valor. Probablemente, sea el camino para nutrir de viabilidad a la sociedad a través de la digitalización, en el aspecto más importante: la socialización digital.

Y para conocer más sobre este tema, comparto contigo un artículo sobre ello: 15 claves para desarrollar un liderazgo digital real en los medios actuales (overflow.pe)

Las buenas costumbres digitales no son diez, ni mucho menos. Se trata de una lista abierta que cada día, crece y, que en cada cultura, toma formas diferentes, aunque sin duda alguna, existan "puentes" que unan algunas de ellas en Latinoamérica, Europa y otros continentes.

Sabemos que los comentarios son en gran parte, aquello que aporta viralidad a una publicación. Y los comentarios, en los últimos años, se han convertido en la verdad absoluta para muchas personas.

Solemos dar por sentado que algo que leímos por ahí, es verdad y en consecuencia, si "nos hace sentido" lo compartimos sin mayor verificación.

Me ha ocurrido compartir memes modificados, historias pasadas con cambios, los populares "refritos" (situaciones que se desmintieron), comentarios de alguien en quien confío, que lamentablemente creyó en alguien que a su vez, también tuvo alguien que publicó sin validar y que finalmente, formó parte de una cadena inmensa de "validadores" que le "dieron veracidad a una mentira".

Y por supuesto que existen personas que sabiendo lo que comparten, indican que se trata de algo que está publicado y como tal, debe compartirse. Me remito a la prensa, y me pregunto si conservan aún la responsabilidad y la coherencia como para atreverse a decir que lo que se publica es una única verdad, y no una pauta, un consejo, una versión, una idea, una OPINIÓN.

Se supone que formamos una "opinión pública" no una "verdad pública" ¿o sí? Te dejo esa reflexión, mencionándote que en muchas oportunidades mujeres y hombres, han sido afectados sin merecerlo.

Escrito por : Sergio González Marín

Nuestra porción de sabiduría es pequeña