Mantener la calma al emprender es necesario

Mantener la calma en momentos de crisis

Mantener la calma... Sobre todo en épocas de crisis donde los recursos son escasos o las expectativas no se cumplen

Todos necesitamos mantener la calma, sobre todo en épocas de crisis. Este artículo pretende sugerir que como táctica inicial, mantener la calma no sólo ayuda sino que, potencia y permite construir las soluciones. Un espacio de calma, como en muchos episodios de la vida, nos brinda a su vez, la oportunidad de pensar mejor y decidir mejor y ese es el fondo del tema. 

Mantener la calma. No es fácil.

¿En qué ocasiones podemos perderla?  Vamos a enumerar algunas: 

  • Cuando las ventas bajan
  • Cuando las renuncias en el equipo aparecen
  • Cuando la competencia amenaza
  • Cuando de pronto las quejas de clientes afloran
  • Si los costos se disparan a pesar de los controles
  • Cuando el desempeño del staff no responde
  • Mientras vemos que el mercado no reacciona con compras
  • De pronto cuando la familia se queja de nuestra ausencia
  • Cuando todas las noticias apuntan a situaciones adversas y negativos
  • Cuando perdemos la fe en el presente y no vemos ningún horizonte de futuro

Son un sin fin de motivos que pueden afectar la visión mental y el rendimiento físico, tras la pérdida de la calma. Pero debemos decir algo más: habituados a perderla, no es fácil recuperarla. Así que aprenderemos hoy como reemplazar el descontrol por otro tipo de vibración.

Como emprendedores, pero también como ciudadanos o en nuestras relaciones habituales con las personas que más queremos, podemos estar frente a la necesidad de mantener la calma y hacerlo, será bajo todo punto de vista una decisión que hable de nuestro nivel de madurez o inmadurez.

Estados del comportamiento

Un estado detonante podría simplificarse en "andar explotando y abandonando tras cada hecho o situación", y un estado de control que apunta a mantener la calma podría definirse como "buscar la viabilidad en paz, aún en la peor pesadilla". Se trata de comparar un momento en el que no tenemos control sobre nuestro pensamiento y otro en el cual, justamente el pensamiento nos controla. 

La pérdida de control aparece cuando derrotamos la expectativa, pero también cuando promovemos un estado físico complicado. 

La vida tiene etapas y sin darnos cuenta, asumir que lo que viene será peor, cada vez que algo malo asoma, no es la mejor actitud, pero tampoco la de llenar nuestro cuerpo de cualquier tipo de exceso al comer o cualquier tipo de ausencia de movimiento.

El comportamiento también puede ser controlado por la información, la postura que tengamos hacia ella, la tendencia al individualismo, la idolatría del "para ayer" y el afán por que "todo esté dado a nuestro favor".

Es cierto que nos rodean personas nocivas que tratarán de ganarnos por puesta de mano, pero la pregunta es: ¿estamos compitiendo? ¿y si es así, contra quien competimos? Mantener la calma en los negocios no es fácil, en la vida tampoco, pero por más duro que parezca, competir contra nosotros mismos es el camino.



Mantener la calma. Es muy importante hacerlo pero antes de ello, decidirlo



¡Cuando la realidad pega y fuerte!

Muchas veces la realidad es gigantesca y pesa una tonelada de problemas. Buscamos soluciones y no las encontramos. El equipo piensa igual, la familia piensa igual y todo apunta a que la destrucción de todo lo que hemos construido viene acelerada y con guantes de hierro a cobrar la posición que merece.

Nuestro cerebro, es bastante experto en crear los condicionamientos necesarios para crear la realidad y percibirla positiva o negativa en segundos. Y las vibraciones, información, alternativas y demás equilibrios o desequilibrios que nos brinde, harán que nuestra conducta pase de estar controlada a no estarlo, todo ello según qué proceso neurológico utilicemos. 

La mirada sobre los hechos, los testimonios, las exigencias, los diálogos, los tiempos, las desmotivaciones, los excesos o ausencias, los equívocos o aciertos, la presencia nociva o positiva, los intereses, los planes, las visiones, el controlismo, el dinero, las oportunidades, las pérdidas, e inclusive la muerte, son solo causas exógenas para el reto de mantener la calma y poder examinarlas en el lugar (mental) y momento (el mejor posible) oportuno.

¿Cómo encaja "la calma" en todo esto?

¿Alguien la ha visto por ahí dando vueltas sobre sí misma? ¿Alguien sabe exactamente cómo es la calma? Quizá la respuesta más adecuada sea: ¿Qué es lo que deseas sentir? ¿Qué quieres que impulse tus aciertos? ¿Buscas decidir por ti o por tus impulsos negativos?

¿Quieres ser y tener bajo control tu propia vida?

La calma encaja perfecto en un proceso continuo y sobre todo consciente que pelea de forma inteligente contra el córtex cerebral, ese que nos gana la pelea con las reacciones inmediatas "sin pensar".

Pienso en la calma como en uno de mis continentes, una especie de "Yo" especial, que puede unirse al adulto, el niño, etc y nutrirlo.

El "Yo de la calma" que no es otro que mi Yo espiritual, integra, resuelve, aclara la visión, es consejero y guía, lidera, demuestra y muestra las razones por las cuales tener confianza y culmina en un resultado llamado "madurez". En lugar de ocultar, ofrece exposición de felicidad.

El cuerpo, la mente, la calma y el espíritu

Biológicamente, la calma ofrece resultados y aportes interesantes para el funcionamiento adecuado de los procesos mentales. Mucho ya se sabe del poder de una química cerebral que sí que ayuda y la calma puede encontrarla de camino hacia el éxito y crecimiento personal. El cuerpo humano funciona y rinde mejor, las enfermedades se presentan en menor medida o casi son inexistentes.

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