El impacto de la innovación en el emprendimiento: 6 razones

Si antes, la lógica emprendedora indicaba que, si era rentable en el papel, sería rentable en la realidad, hoy buscamos conocer qué realidad oculta una inmensa oportunidad de rentabilidad.

De allí que las Startups se enfoquen tanto en ser escalables (que pueden crecer rápidamente) por que la Innovación busca espacios de una dimensión amplia.

Esta nueva dimensión, sin embargo, no está ni en los negocios de subsistencia, tampoco en los servicios tradicionales que esperan al cliente, mucho menos en las ideas de negocio digitales que no son masivas.

La nueva rentabilidad es global y viene de la consecuencia de dominar el espacio del cliente, principalmente junto a Internet, y sobre todo hoy, después de los aprendizajes pandémicos que parece se convertirán en lo habitual.

El cambio es aquello que parece ser lo más estable en los negocios, sobre todo hoy y no es un chiste de "lavado de cerebro". Hacemos planes, luego tenemos que cambiarlos.

Buscamos ideas, las diseñamos y de pronto a alguien se le ocurre algo que sin el más mínimo reparo, nos descarta a una velocidad de rayo, a veces, basándose en una simpleza asombrosa que nos sitúa en el pasado sin utilidad.

Todo cambia tanto, pero lo hace, si lo analizas, gracias a los medios: lo que se difunde masivamente: propone y modifica.

Entonces, ya que no estamos en las épocas de la estacionalidad o los factores exógenos a considerar, ni en los planes de negocio con ayuda de la estadística; debemos entender el cambio, como una consecuencia del adecuado manejo de los medios (sobre todo digitales), sin perder de vista el factor fundamental: Sí. Ese factor, otra vez se llama "cliente".

Hasta el momento hemos identificado varios factores de impacto que son clave en la nueva dinámica emprendedora, y que explican el impacto de la innovación en el emprendimiento, aunque esa Innovación se parezca, a aquello que el vecino hace a escondidas.

Vamos a profundizar en la idea de negocio para decir, como se debe, que esa idea no me cuesta dinero, hasta que la ponga en práctica usando dinero.

La afirmación anterior puede sonar totalmente ilógica para una mentalidad anterior así que vamos a explicar que, la materialización empresarial, ya no implica, necesariamente: costos fijos, oficinas, empleados, o inclusive propiedad directa.

Eso significa que la idea como tal, ha tomado el valor central equivalente a la propiedad y como tal, insisto: tiene un valor.

De pronto se ha hecho necesario revisar las diferencias entre idea, oportunidad, modelo y plan de negocio.

Los emprendedores que entienden esto pero al final de cuentas materializan como antes, se quedan a la mitad del potencial, pero no está mal, es parte del reto.

Los emprendedores que logran exponer la idea, captar capital y convertirse en conductores de la misma materializando sus negocios escalables (startups), se diferencian de los otros porque dejaron el corazón que nos mueve a ser "dueños", de lado y la otra diferencia es que sin duda acumulan más riqueza.

Asumo que ahora entenderás porqué muchos de los millonarios globales de mayor fama, comparten su negocio con muchos inversionistas y aún así, generan riqueza: todo gira en torno a la idea de negocio.

Desde mi punto de vista, la integración fusionará algunas variables y el cliente tarde o temprano, se hará de los espacios de consumo creando canales integrados de propiedad social.

En esas nuevas relaciones, al comprar, la demanda será la que deje entrar a determinadas ofertas integradas (creadas por varias organizaciones al mismo tiempo), donde veremos niveles de especialización elevados, guiados por la tecnología y la investigación.

Los clientes, accederán a la fabricación y/o entrega a medida, de porciones de un producto o servicio, centrándose en la producción por demanda, suscrita de modo digital.

Si la velocidad ahora nos impacta, mañana será la variable principal.

Y no digo más para no caer en los espacios exagerados de la futurología 😉