Definir la misión y visión: 6 criterios

La Planificación estratégica nos ha dejado como herencia clave, el concepto de Misión o propósito de una empresa y el de Visión, o alcance futuro de la promesa a la que una organización está dispuesta.

Definir la misión y visión es tan importante para los negocios que por ejemplo, las marcas, formulan sus promesas desde estos dos conceptos; y los utilizamos también, cuando queremos desde ellos, planificar el quehacer, los criterios de éxito y las metas que nos impulsarán hacia el futuro.

En este artículo, dado que muchos negocios están rediseñándose y empezando desde cero, vamos a explorar cómo definir ambos conceptos.

Enfocados en los problemas y necesidades que un cliente objetivo no puede resolver, definir la misión, supone un ejercicio de compromiso ineludible con la solución.

Cuando defines un nuevo enfoque de negocio, necesitas apostar por una misión que se convierta en la solución del día a día de tu cliente.

Enumera los inconvenientes que tiene ese cliente al cual deseas dirigirte porque ellos serán parte de tu definición estratégica.

Utiliza las técnicas de la innovación para encontrar las definiciones en la mente de tu futuro cliente, como hallazgos para explotar al máximo.

La Visión acompaña a las organizaciones en un viaje hacia un futuro viable que conviene a todos los entornos donde se desarrolla, enfocándose en sus clientes.

Su definición no puede estar centrada únicamente en "convertirnos en el aliado futuro de nuestros clientes" o en "terminar siendo su mejor opción de satisfacción en el futuro", porque esos deseos, suenan en extremo pura palabrería.

La promesa de la Visión necesita:

• Anclas o antecedentes conceptuales que vinculen perfiles de clientes meta con lo que usted elige como guía y propuesta de atracción.
• Sumado a una idea clave de desarrollo futuro en alianza con el cliente.

Si su organización se define y después ejecuta, lo que otras no pueden o no alcanzan hacer, entonces la visión de futuro, realmente será un imán para quienes disfruten de la experiencia de su servicio.

Si la Misión puede resumirse como el quehacer detallado que define la decisión de oferta y la Visión, el resultado futuro del día a día que esa oferta ejecuta en forma de acciones.

La relación necesariamente, pasa por una experiencia que materializa el inicio (en el presente) de la atención de un cliente, con el futuro (resultado alcanzado y prometido) que se ha definido como anhelo meta de dicha relación.

No podemos dejar de lado entonces, la gestión permanente de la experiencia del cliente, que viene a ser en términos reales, la aplicación de lo que definimos en el Plan estratégico de un emprendimiento.

Si algo crea o sienta las bases para mover un emprendimiento en el mercado, es el modelo de negocio, hoy definido con herramientas como el Business Canvas Model o Lienzo de Modelo de negocio.

Sin embargo, antes del Modelo, necesitamos definir la misión y visión de nuestro negocio, de modo que podamos alinear el quehacer ofertado, con el resultado futuro comprometido, de este modo, las relaciones con nuestros clientes alcanzarán la meta.

Esto quiere decir que el Lienzo no es el primer paso y será un ejercicio un tanto forzado y vacío, si antes no hemos definido los conceptos que estamos revisando en este artículo.

Imagino que al leer esta propuesta de enfoque en la Misión y Visión de un emprendimiento, estarás de acuerdo en que el modelo de negocio, que diseñes, debería asumir estos 2 conceptos, además de un tercero que muchos consultores suman que es el de Valores.

Del mismo modo, el diseño de una marca, algo que va más allá del diseño gráfico, necesita inspirarse desde estos 2 conceptos (o 3 si incluyes a los valores) para definir lo que, desde la mirada publicitaria llamamos: Promesa de la Marca.

Siendo una marca, muchas cosas entre ellas: un distintivo, un símbolo, un recordatorio, una experiencia, un valor para compartir, un concepto para proyectarse y más, no podemos definirla aislada de las definiciones más importantes. gestadas en la planificación del negocio.

El diseño gráfico de la marca que viene a ser la visualización de este importante signo, creará mayor compromiso con la promesa, si su nacimiento deviene de ella.

Una Misión organizacional, se enfoca en un emprendimiento, y a su vez, puede ser aplicada a un micronegocio o gran empresa, a un quehacer que apueste por el largo plazo, o a un negocio de corto plazo.

La estructura de una Misión, impulsa a las organizaciones de forma ordenada, a forjar actividades que apoyan a sus clientes, por tanto necesitamos resolver en realidad preguntas.

Este es un modelo interesante y simple que nos conectar inmediatamente con la idea, siempre debemos pensarla en términos de la utilidad para nuestro futuro cliente:

• ¿Quiénes somos? Capacidades, principios, valores...
• ¿Qué hacemos? Competencias, Actividades, Retos...
• ¿Por qué lo hacemos? Motivaciones, Metas, Objetivos...
• ¿Para quién lo hacemos? Hoy deberíamos apostar por el concepto de Buyer persona al resolver esta respuesta y, de ser necesario definir grupos de interés, o ser específicos en involucrar las diferencias entre compradores, clientes y consumidores.
• ¿En qué territorio  actuaremos? Definición de lugar o alcance geográfico donde ejecutaremos las tareas.

Ejemplo: Exploremos una misión para un servicio de capacitación...

Somos Guías y Entrenadores interesados en conceptos de gran valor, enfocados en los mejores Webinars privados, dirigidos a las organizaciones que tienen entre 0 y 5 años de fundadas. Nos motiva alcanzar juntos, el incremento de la productividad, calidad, trabajo en equipo e incremento en ventas como impacto principal de suscribir nuestros servicios. Nos interesa aportar a las empresas fundadas por emprendedores que valoran el aprendizaje y han experimentado el aporte central de éste en sus estrategias de desarrollo empresarial. Latinoamérica es nuestro espacio preferido para detonar lo mejor de nuestra organización a su favor.

Tomado del material de Capacitación de Overflow Emprende (Autor: Sergio González)

De aquí en más, pueden desarrollarse (y esa es la idea) contenidos creativos o más estimulantes.

Como hemos señalado, el aporte de una Visión viene marcado por:

• Compromiso con el resultado futuro.
• Centrada en la relación como medio.
• Caracterizada por ser viable.
• Expresada en el futuro.
• Y añadimos ahora: Vinculada a la Misión, a modo de ruta, es decir, el punto B al que deberíamos llegar.

No es buena idea hablar de números, cifras por alcanzar u objetivos demasiado tangibles, sino más bien en términos de líneas de desarrollo, relacionadas con el quehacer del cliente, desde la oferta de actividades que gestionamos hoy y de cara al futuro.

Esta estructura nos permite también, como señalamos, cumplir con la condición de atractividad que toda Visión debe tener y encajar perfecto en la integración que buscamos al definir la misión y visión como un todo.

Un ejemplo de visión para el caso anterior podría ser:

Comprendemos el anhelo de nuestros clientes por llegar a convertirse en empresas globales con enfoque en Latinoamérica y el mundo hispano-hablante, de modo que en el proceso de servicio que proponemos, buscamos gestionar una relación de futuro sólida que incorpore innovación, impacto en la calidad, especialización e investigación, tanto como la mejor relación costo-beneficio, para aportar en el desarrollo de los equipos de trabajo de todos nuestros clientes, según los enfoques, retos y expectativas que cada mercado donde busquen crecer, nos vincule.

Tomado del material de Capacitación de Overflow Emprende (Autor: Sergio González)

Escrito por: Sergio González Marín

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