La idea de tener negocios sanos y rentables nos atormenta, y la imaginamos como el paraíso emprendedor más paradisíaco de todos.
El pequeño detalle es que o estamos inmersos en "descubrir la pólvora" o nos abruman los conceptos nuevos, las teorías y las definiciones que aprendimos sobre gestión de negocios, sin ver más allá de números, datos, estadísticas y "métodos".
Vamos a asumir la hipótesis de que, los mejores negocios, están formados por los mejores equipos y desde allí, con esa idea base partiremos.
Consejo: No te fijes en los enormes listados de negocios rentables, si antes no te has dado una vuelta por este contenido.
1. Realismo, coherencia y equidad en los negocios
Es importante indicar que todo buen negocio necesita una enorme cuota de realismo en diferentes momentos de su ejecución, de modo que apegado a lo que realmente se necesita, un gestor de negocios no debe enfocarse en sueños sin norte.
La coherencia y la equidad son las pautas para que los criterios técnicos sean bien aplicados, combinando eficacia y eficiencia alrededor de la Administración.
Cuando llegamos a involucrarnos con estos valores, entenderemos que siempre que queramos representar a un emprendimiento, lo haremos sobre la base del pensamiento de las personas.
Por lo tanto: Las empresas, no existen, lo que existe, son las personas y desde y hacia ellas, necesitamos aplicar estos valores: realismo, coherencia y equidad.
2. Saber establecer relaciones positivas con todos los involucrados
Por "relaciones" entendemos situaciones de dependencia o interdependencia que pueden ser capaces de crear escenarios de cualquier calibre.
En general, una de las mayores competencias que podemos llegar a desarrollar en el emprendimiento, es justamente el manejo adecuado de las relaciones.
Escenarios negativos:
- No gana la persona que se sienta por encima de los demás
- Quien pretenda tomar decisiones a espaldas.
- La descoordinación, el conflicto y la desatención de acuerdos.
- No saber cómo compensar y mantener una balanza adecuada entorno a las desavenencias que puedan surgir.
- Creer merecer más de lo que se recibe
- Entregar todo para crear una relación positiva.
Cuando un vínculo no propone un equilibrio que auto regule adecuadamente, el riesgo en las relaciones, los escenarios nocivos ganan.
La mejor solución pasa por:
- Desarrollar relaciones equitativas.
- Comunicar antes de actuar.
- Coordinar aún a pesar del conflicto.
- Atender los acuerdos al máximo.
- Compensar las pérdidas aún no sean monetarias.
- Apostar por la interrelación positiva.
Existe un alto riesgo de acumular pérdidas de tiempo, dinero y energía con personas que no saben crear las mejores relaciones.
3. Apreciar los conceptos de "Saber, saber hacer y lograr"
Saber, saber hacer y lograr, son posiciones, en los negocios, que distan mucho entre sí.
Por ejemplo:
- Saber sobre algo no se demuestra con la imposición de conceptos sin experiencia o evidencias.
- Insistir sobre lo "accesorio", "repetitivo" o "innecesario" solo demuestra falta de conocimiento.
- "Sobre vender" entregando argumentos sin sustento o respaldo no es saber hacer una venta.
- Adueñarse de la razón o de "la verdad", minimizando cualquier tipo de análisis funcional, estadístico o situacional, puede crear problemas serios.
- Confundir el éxito con la motivación o las buenas noticias, puede confundir el camino.
Un diálogo frontal, coherente, respetuoso, con el ánimo de proponer lo mejor en cada situación, puede ayudar a cualquier tipo de negocio a seguir su camino hacia el desarrollo.
Antes de seguir, revisa este artículo: 7 aprendizajes clave sobre emprendimiento
4. Entender a fondo como se crea la rentabilidad
El término rentabilidad esconde detrás, decisiones sobre costos, gastos y precios.
La primera vez que escuché el concepto de la "inteligencia de ventas", no fue para referirse a un espionaje comercial, sino a un comportamiento comercial orientado a la rentabilidad.
Tampoco va por el exagerado deseo de reducir los gastos al máximo, atacando contra la necesidad de los costos directos o variables, al punto de eliminar el soporte de lo estrictamente necesario para operar.
Ese tipo de inequidad, deforma el concepto de rentabilidad, no suma absolutamente nada en los negocios, al contrario, los atrofia y condena al cierre de operaciones.
Los negocios sanos, necesitan centrarse crear una constante ocurrencia de "ventas con utilidad", de modo que la ocurrencia, alcance el número de veces necesaria, para crear excedentes que primero, "paguen el capital", y luego lo superen.
Cuando lo anterior ocurre, fue por que los negocios lograron focalizarse en el aprendizaje de la rentabilidad y sus orígenes prácticos.
Crear rentabilidad no es algo simple, necesita mucha coordinación, planes de acción e insistencia.
Revisa para mayores detalles: Rentabilidad versus Utilidad en los negocios.
5. Reflexionar adecuadamente sobre cómo aprovechamos las oportunidades
El concepto de oportunidad es otro item, que necesita revisión, ya que no siempre es un “hecho positivo” que "tenemos que aprovechar sí o sí"
Tampoco es algo que de otro modo "lo veremos pasar sin hacer nada" sino lo aprovechamos.
Entorno a las oportunidades ocurre que nadie verá el mismo nivel de beneficio en un hecho determinado, si se trata de someter a evaluación qué es bueno o no, para un negocio.
Las oportunidades responden a hechos concretos que pueden añadir rentabilidad, siempre y cuando podamos "calzar con la foto".
Analicemos esto: Para tomar agua necesitas tus manos como mínimo, pero más importante, es que estés cerca del agua. Aún así, si llegases al agua, pero no tuvieses manos, tendrías que usar la cabeza.
Nadie que no tenga un negocio listo para tomar una oportunidad y transformarla en realidad, puede decir que la oportunidad existe para si.
Un negocio que se enfoca en las oportunidades, se acostumbra a identificar lo potencialmente positivo, revisar permanentemente las capacidades y competencias y gestionar el aprendizaje.
La idea del juego empresarial tendría que ser la de “crear explosiones bien explotadas” por así decirlo 😉
Y para lograrlo, necesitamos coincidencias:
- Coincidir con los hechos para poder evaluarlos como positivos y asumirlos.
- Fijarnos preguntas importantes:
- ¿Tenemos el conocimiento?
- ¿Contamos con la capacidad?
- ¿Utilizamos la tecnología que se necesita?
- ¿Conocemos el entorno?
- ¿Nuestros clientes lo tomarían como algo bueno para ellos?
- ¿Tenemos los recursos?
Antes de continuar te sugerimos leer: Diferencias entre Idea, Oportunidad, Modelo y Plan de negocio y también ¿Existen realmente las oportunidades de negocio?
6. Ver más allá de los modelos de negocio
Los modelos de negocios tienen un pro y un contra.
Lo bueno de ellos, es que surgen de evaluar la idea de negocio y sus alcances, entorno a elementos que combinan muy bien, para establecer relaciones positivas donde fluyan la rentabilidad, los futuros planes de gestión y los sustentos de nuestro quehacer empresarial.
El problema real está en cómo los interpretamos al momento de materializarlos en negocios sanos y rentables, pues, como todo modelo, podrían ser simplemente, un esquema positivo que funciona "excelentemente bien" 😉 sobre el papel.
Necesitamos estar conscientes de su gran aporte como conductores de un resumen muy bueno para entender y vender una oportunidad de negocio, pero al mismo tiempo, buscarle los "tres pies al gato" para analizar cómo los vamos a implementar.
7. Innovar como esencia del quehacer emprendedor
La gestión de la innovación incluye hoy en día:
- Investigación del pensamiento centrado en el cliente
- Diseño de la experiencia del cliente.
- Creación de Satisfactores en todos los ámbitos del negocio, centrados en hallazgos validados.
- Para poder identificar los aportes al Modelo de Negocio
- Definir un esquema organizacional coherente
- Para luego, y recién, nacer en el Mercado.
Después, la Innovación se centra en repetir el proceso de forma constante, utilizando aquello de "Administrar" (Planificar, Organizar, Dirigir y Controlar) como un flujo creativo, agendado entorno a equipos interrelacionados.
Te recomendamos leer: ¿Por que la Innovación no se aplica en la mayoría de las empresas?