“Un objetivo a la vez y llegarás lejos” es la frase que podemos llegar a escuchar de un buen Coach de negocios en nuestra vida emprendedora, sobre todo cuando se complican los resultados y parece que el camino es asfixiante.
Siempre un problema menos, es un alivio más. Así que resolver uno por uno, lo que nos agobia, es buenísimo.
En los negocios, no faltan los momentos duros. Situaciones que se salen de control, o peor aún, crisis que provocamos nosotros mismos con actitudes, decisiones e ideas que nos llevan directo a días oscuros para nuestro desempeño emprendedor.
Un objetivo a la vez y llegarás lejos
Un objetivo a la vez, significa de un modo más profundo, que necesitamos reemplazar la práctica de un enfoque orientado a las tensiones y las crisis, por otro en donde vayamos en “cámara lenta” destrabando la complejidad, a paso firme, momento a momento.
Calmarse, allí necesitamos empezar.
El mejor consejo que podemos seguir es, cuando todo lo anterior ocurre, primero: buscar un espacio para recuperar la compostura, respirando, enumerando lo que mejor sabemos hacer, tomando control de los tiempos, de la situación, examinando qué es lo peor que podría pasar y por supuesto, que no estamos viendo.
Olvídate de definirlo todo “en caliente”.
Para que la idea de ir tras un objetivo a la vez funcione, lo que a continuación debemos hacer es inspirar y exhalar el panorama completo. Esto significa, por un lado, enumerar aspectos positivos, negativos, riesgos y oportunidades… y si esto te sonó a un FODA, pues sí, eso necesitas hacer.
Por lo general la angustia sólo te ayuda a definir todo en modo “luz al fondo del túnel” y ya sabemos “metafóricamente” a dónde nos lleva esa famosa luz.
Cuando podemos visualizar por colores, las piezas de un rompecabezas, ¿no es acaso más fácil resolverlo?
Seleccionar siempre lo más productivo
Antes de comenzar a elegir qué ejecutar primero y qué después, necesitas saber que para poder priorizar con éxito, necesitas detectar qué puede ser más productivo: producir más, resolver más rápido, ejecutar con menos costos, depender de una menor complejidad, etc.
Luego de listar, enumerar y anotar al lado de cada situación, qué apoya y qué complejiza, podrás comenzar a visualizar cada detalle como si trabajases en un área de soporte.
Por ejemplo:
- Problema.
- Recursos afectados.
- Posibles soluciones.
- “Saldo positivo viable”
Puede ayudarte a revisar la productividad de cada alternativa por elegir.
Saber elegir con los mejores criterios
Aprender a enfocarse en un objetivo por vez, significa que necesitamos además de saber priorizar, ser capaces de apreciar que podrían existir otros criterios para finalmente, subir o bajar, afirmar o descartar una priorización pre-establecida.
En esta fase del método que te proponemos hoy, habrás alcanzado ya, algún tipo de tranquilidad.
Ponerle metas, tiempos y números a las acciones elegidas
Los objetivos necesitan materializarse en términos de recursos, interacción, plazos por resolver y alcances con dinero de por medio, por lo general. Y si no es así, por lo pronto necesitas hablar de resultados por obtener.
Recuerda que para lograr el tranquilizador estado emocional de poderte sentir en balance, manejando un objetivo a la vez, es importante tener el control, no perderlo, y por ello, todo este proceso hay que vivirlo como si se tratase de un descubrimiento sanador.
Desde el problema por resolver hasta la distancia de éxito
Cuando aplicamos lo que aquí dialogamos hoy, nace el concepto que en lo particular llamo “distancia de éxito” y no es otra cosa que la representación que satisface la última parte de la frase “Un objetivo a la vez y llegarás lejos”. Ponle positivismo, acción, persistencia y alcanzarás, con mucha probabilidad, un lugar donde quizá no habías pensado llegar.
Persistencia: pasar al siguiente objetivo con pasión
Solo diré algo final: es fácil agotarse, auto engañarse u olvidarse de que el camino continúa, luego que alcanzas el primer objetivo. Cuidado con ello, no olvides agregar pasión en cada viaje.
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