Reducir las expectativas aporta a tu bienestar

Reducir las expectativas aporta a tu bienestar

Reducir las expectativas aporta a tu bienestar, eso está comprobado por muchas personas que buscan evitar complicarse la vida, enfocándose en los resultados de los demás, como medida para la felicidad.

Cuando dejas de pensar en qué ocurrirá, cómo se logrará, de dónde se obtendrá, o quién ayudará, tiendes a gestionar mejor tus emociones. Ya que abandonas el principio habitual que a todos nos inunda: controlarlo todo.

No estoy diciendo que controlar, una de las tareas de la Administración, sea una mala decisión en el ejercicio de la gestión. Simplemente, digo que no debe ser el enfoque central del día a día de un emprendedor.



Reducir las expectativas aporta a tu bienestar

Cuando no nos esforzamos por reducir las expectativas, nuestras proyecciones psicológicas, nos “toman por asalto” pues terminamos “viendo nuestros miedos” materializados en diferentes aspectos, tras las actitudes de los demás, cuando en realidad, no somos el centro del universo, y nadie “es, dado nosotros”.

Sí, existe la dependencia emocional, y en ese caso, se trata de una búsqueda de aprobación que necesita eliminarse, ya que “somos dado nosotros” y desde allí, con seguridad emocional, y amor propio, es que se puede caminar mejor en la vida.

Expectativas versus personas

Reducir las expectativas, por ejemplo, sobre las personas, no nos debe llevar a perder la práctica de la coherencia y liderazgo.

Por supuesto, no se trata de abandonar asuntos como seleccionar a los mejores, contratar valores, mentes y corazones sanos, antes que angustias, miedos y deseos de instalar conflictos.



¿Qué significa reducir las expectativas realmente?

Cuando apostamos por disminuir lo que esperamos de los demás, no es aconsejable hacerlo como una respuesta peyorativa frente a los demás, sino como la intención clara de:

  • Dejar de controlar el espacio de los demás.
  • Liberarnos de responsabilidades que no son nuestras.
  • Abandonar el deseo de cargar con pesos ajenos.
  • Apostar por sorprendernos.
  • Alinearnos con la práctica de una visión positiva.
  • Permitirnos ver a las personas en su dimensión real e independiente.
  • Reflexionar adecuadamente sobre los hechos tal cual ocurren.

¿Qué tipo de bienestar alcanzamos al reducir nuestras expectativas?

  • Mejora nuestra capacidad de “creencia” en los demás y eso nos da mayor fortaleza en nosotros mismos como gestores en nuestro negocio.
  • Nuestro carácter mejora y por tanto emocionalmente, tenemos más momentos de tranquilidad.
  • Ayuda a que nuestro cuerpo muestre mejores rendimientos físicos.
  • Eliminamos el hecho de ocuparnos de pensamientos estresantes.

Por tanto reducir las expectativas aporta a tu bienestar y es una práctica muy saludable que puedes establecer para ti y para todo tu equipo, siempre bajo las premisas adecuadas.

 

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