Eliminar la mediocridad en tu negocio, se puede convertir en el dolor de cabeza para quienes lideran equipos o personas.
No es fácil enfrentarse a resultados que están por debajo de lo normal y que además, se justifican de muchas formas.
Cuando tu organización ofrece síntomas de mediocridad, es importante tomar acción para resolver el fondo del problema.
Mediocridad y conformismo
Aceptar que todo está bien sin preocupaciones o no manifestar la capacidad de instalar retos para superar estados de resultados habituales, son dos de los factores clave que definen al conformismo en las organizaciones.
Estos factores no se van a encontrar entre los números que arrojan los Estados Financieros, o en los reportes de actividad de nuestros ejecutivos o colaboradores, sino en la forma como escriben, conversan, aportan, lideran, inspiran y ejercen el desempeño diario.
El conformismo y la mediocridad pueden estar muy ligados en la mentalidad de un equipo, sin embargo, en las organizaciones es necesario encontrar la fuente para combatirlos, ya que, también pueden atraer otro tipo de limitantes y perjudicar los resultados.
Las fuentes de la mediocridad
Múltiples son las fuentes de la mediocridad que podemos detectar y necesitamos analizar desde los procesos de selección de personal.
- Aprendizajes débiles relacionados con la acción y toma de decisiones.
- Incapacidad para resolver problemas.
- Incapacidad de superar el "dominio social" o "peso del entorno".
- Intereses con poca relación con los objetivos organizacionales planteados.
- Poco interés en el desempeño profesional integral.
- Habitualidad centrada en la pérdida del tiempo.
- Ausencia de capacidad para la comunicación efectiva.
- Nulo o poco desarrollo de habilidades blandas para el trabajo o emprendimiento.
- Perfiles interesados en alimentar las crisis de equipo.
- Bajo nivel o reducida capacidad para el autoconocimiento.
- Excesiva confianza en poder retar al tiempo bajo presión.
Y sin duda podremos encontrar muchas más fuentes conceptuales, sociales, en ausencia del liderazgo, de planes o inclusive, una de las más importantes: cuando la empresa y su estructura es mediocre.
La búsqueda de la excelencia
Lo contrario a la mediocridad es la excelencia. Se trata del camino complicado, complejo, difícil de abordar.
Quienes optan por este camino, no tienen necesariamente, al éxito a su favor sino más bien, al riesgo inherente de enfrentarse a entornos donde la mediocridad en general, surge como respuesta o reacción a organizaciones nocivas.
Todo emprendedor que se signifique así mismo como tal, debe evitar fortalecer un ambiente laboral inadecuado para la excelencia.
Al hacerlo, promoverá esta búsqueda y será más sencillo, cada vez, apostar por el liderazgo positivo, la coherencia y los buenos resultados.
La excelencia necesita entornos con justicia, visiones de mediano y largo plazo, integridad de los accionistas, ejercicio pleno del liderazgo y la habitualidad necesaria para pasar del temor a la costumbre de ejercerla.
Cuando hablamos de organizaciones, lo que supone normas institucionales, reglas operativos qué cumplir, metas por área entre otros limitantes, necesitamos reconocer hasta qué punto esos aspectos están o no creando un entorno adecuado que ayude a la excelencia a manifestarse.
Propuestas para eliminar la mediocridad
Estas acciones pueden servir al líder de un emprendimiento para eliminar la mediocridad en su negocio:
- Asumir el liderazgo de forma efectiva ya sea como dueño o con un muy buen Gerente.
- Mostrar el concepto de mediocridad versus excelencia.
- Utilizar herramientas centradas principalmente en la mejora continua y desarrollo personal.
- Fortalecer el cumplimiento de planes existentes.
- Mejorar el control justo del desempeño habitual.
- Acostumbrarse a elevar las metas en períodos estructurados (mensual, anual, semestral, etc)
- Profesionalizar los procesos de reclutamiento y selección.
- Enfocarse en el aprendizaje de tareas de diverso nivel: simples, complejas, dinámicas, en equipo, individuales.
- Entrenar la mente con mensajes y cambios en la visión de si mismo y como parte integrante de un equipo, si es el caso.
- Ejercer el diálogo individual con cada integrante para detectar y resolver problemas de visión y relaciones internas.
- Triste pero muy efectivo será, despedir de la forma correcta a los colaboradores nocivos, una vez confirmado su aporte voluntario y sistemático a favor de la mediocridad.
Consecuencias de eliminar la mediocridad en tu negocio
Luego de un arduo trabajo de seguimiento, análisis, toma de decisiones, incorporación de estrategias internas y hasta de proceso de capacitación mejorados y enfocados en la temática, las consecuencias pueden enumerarse como las siguientes:
- Incremento de la productividad en todo sentido.
- Mayor potencial de crecimiento financiero - comercial de modo integral.
- Mejoras en las relaciones que crean un adecuado ambiente de trabajo en equipo.
- Aumenta el nivel de planificación estructurada y en consecuencia los retos organizacionales.
- Se reducen las inasistencias, ausencias y desgano en el trabajo diario.
- Se optimizan los procesos básicos del desempeño.
- La organización es más coherente con sus objetivos.
- Los clientes van a notar el cambio en términos de atención al cliente.
- Más personas, de mejor nivel laboral, querrán incorporarse a la organización.
Y sin duda, habrá mucho más por obtener en el camino, cuando nos fijemos la meta de eliminar la mediocridad en el emprendimiento, sea cual sea nuestra actividad de negocio.
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