Desconecta tu estado de alerta para no perderte la calma que te lleva a mejores espacios para el pensamiento y la acción coherente pues los estados de alerta emocional permanente pueden y necesitan ser apagados.
Vivimos a mil por hora y valoramos más la velocidad de una vida estresada o vivida en función de otros, que la integración coherente con los estados productivos que propone la calma.
La paz mental que es interior nos ayuda cuando detenemos todas las fuentes de estrés: a vivir mejor, a comunicarnos mejor, a responder pensando, a reaccionar con acciones desde la paz, a evitar estados que nos llevan a dañar al otro.
Desconecta tu estado de alerta autodestructivo con estos consejos
Sin embargo, no es fácil desconectarse de todo lo que nos lleva de la mano hacia momentos de hiper actividad, a desgastarnos física y mentalmente. Para ello aquí los principales consejos y pautas en los que podemos trabajar.
1. Se independiente de las situaciones estresantes
Son nuestras percepciones las que nos endosan la sensación de presión, muchas veces las palabras que están sonando en nuestra mente, los hechos que se vuelven a presentar una y otra vez nos impiden desconectarnos de estados de alerta.
Lo hacemos porque pensamos que estar vinculados a este tipo de definiciones para nuestro sentir, no es posible de controlarse. Desconecta tu estado de alerta practicando el sentimiento de independencia de cada hecho o situación que vivas.
Eres un ser que puede ingresar o salir en el momento en que lo desee, de cualquier estado mental o físico en el que se encuentre, toma valor y decisión, es lo único que necesitas.
2. Vivir mejor significa encontrar el balance físico-mental que necesitas
Es importante apreciar las enseñanzas sobre la conexión mente-cuerpo. Somos seres que podemos dominar nuestras pretensiones físicas con tan solo activar en nuestra mente el estado adecuado de pensamiento.
La meditación, la reflexión, el razonamiento lógico, la auto empatía, la búsqueda de qué estamos sintiendo y por qué en tu interior; todo ello contribuye al encuentro con el balance.
De allí vienen las ideas de cuidado de la salud que con más fuerza se pueden afianzar, tanto como el reconocimiento de las dolencias que vienen desde las afecciones a nuestra salud mental.
Vivir mejor significa aceptar que para si la vida te pide desconectar tu estado de alerta, es porque de algún modo esa conexión con el estrés te está bloqueando vivir de verdad, como te lo mereces.
3. El mundo necesita entenderse, escucharse, apreciarse y comunicarse contigo.
Desconecta tu estado de alerta autodestructivo pareciera ser la orden que necesitamos cuando nos enfocamos únicamente en aquello que nos dicen los demás, o en aquello que nosotros le decimos a los demás.
Ningún punto de los extremos nos va a permitir un estado creativo lo suficientemente aportante a nuestro quehacer diario, sobre todo si reconocemos ser seres de interacción.
El mundo, es lo que nuestra percepción quiere que sea y para saber dónde estamos y hacia dónde vamos, necesitamos aprender a dialogar sin que las palabras sean dardos, a respetar las ideas, aunque no estemos de acuerdo y saber entender la posición de los demás, no sólo la nuestra.
La comunicación objetiva y respetuosa, además de ser un objetivo de una persona enfocada en desarrollar sus habilidades blandas, aporta paz. Cada vez que tu mente no pueda crear respuestas desde la paz, respira, detente, sonríe, piensa en el poder de tus palabras y luego, en un estado de calma, emprende la labor empática de comunicarte.
4. Un estado de alerta constructivo te ayuda a ser mejor desde dentro
Como debes haber escuchado, ser bueno es gratis, pero mejor es ser bueno con uno mismo. Por lo general, los estados de alerta nocivos terminan por eliminar todo tipo de comprensión interna, empatía personal o cuidado de nuestro interior.
Dejamos de hablar con nosotros mismos, nos “encapsulamos” y perdemos interés en sentirnos bien al alejarnos de un estado de tranquilidad interior. Cuando lo retomamos, lo primero por hacer, es reconocer que nuestro interior es la base para que, desde allí, todo tipo de valores emerjan y cambien nuestro mundo de adentro hacia fuera.