La eficiencia está estresada, es una frase que quiero acuñar para identificarla como consecuencia de las malas costumbres que, como "workohólicos" o "trabajadores excesivos" traemos al cuerpo por exagerados.
¿Qué provoca estos niveles de estrés que duermen nuestra capacidad? Justo de esto voy a hablar hoy a modo de confesión bloguera, personal y con la intención de frenar el día a día, a ver si logro remontar y mejorar las costumbres saludables.
La eficiencia está estresada y la capacidad se duerme: 6 claves para entender por qué salir de este estado
Para elevar la eficiencia productiva, de cualquier trabajador o emprendedor dedicado a su negocio, deberíamos considerar una vida sana, centrada en la mejor alimentación, deporte y salud mental.
En este aporte voy a caminar por varios items al mismo tiempo que intento describir de dónde vengo y hacia dónde quiero ir en este proceso de cambio.
- Estresados y dormidos.
- Despiertos sí, pero durmiendo en silencio.
- ¿Ves y hueles estrés por todas partes?
- Cada vez más solitarios, aunque acompañados.
- Buscando algún síntoma válido para aprender a detectar que la eficiencia está estresada.
- Enumeremos algunas soluciones coherentes a la mano.
1. Estresados y dormidos
Un día de éstos, que no les sorprenda que nos quedemos casi todos dormidos, agotados y con las calles vacías, allí donde solo veremos a quienes sí saben vivir sin desperdiciar energías.
Los primeros nos enfrentaremos a la idea de que la eficiencia está estresada, lo pensaremos y volveremos a esa enorme necesidad por detenernos, descansar y cerrar los ojos frente al cúmulo de estrés que vivimos a diario.
En lo personal, no logro dormir cuando lo necesito porque estoy en una etapa en la cual el trabajo me absorbe y domina. A veces hay días en los que pienso: ¿Seré el único que a traviesa este escenario de agotamiento?
Probablemente, deberíamos cambiar la pregunta si coincidimos: ¿Por qué nos encanta llegar a este estado de cansancio y sueño? ¿Por qué nos exigimos más de lo que realmente podemos dar, y luego, sufrimos del costo por hacerlo?
2. Despiertos sí, pero durmiendo en silencio
Si queremos entender porque la eficiencia está estresada en estos tiempos de manifestaciones silenciosas en el cuerpo que de pronto saltan al dolor, necesitamos entender que una vida orientada al estrés, es una vida con una venda en la cara que avanza hacia problemas que luego le van a ser difíciles de controlar.
¿Es importante considerar que nuestro cuerpo es una máquina delicada que necesita respeto?
Creo no equivocarme si describo este estado como una agazapado, auto engañado, durmiendo para adentro, engañando al resto en la oficina y evitando pensar en que ese desgaste nos está "pasando factura".
- Excesos en los exámenes de sangre
- Grasa que vuelve pesado nuestro cuerpo.
- Costumbres de consumo que no ayudan (como fumar y comer a cualquier hora)
- Dolencias en los huesos (como en la columna uno con el cual podríamos fundar un club)
- Problemas de índole visual.
- Temas psicológicos que nunca faltan y la lista podría seguir.
- Incluyendo las fuentes de estrés (que muchas veces creamos nosotros mismos).
3. ¿Ves y hueles estrés todas partes?
La eficiencia está estresada y lo puedes sentir y tener claro cuando tu capacidad para detectar el estrés en ti, en los demás o en el espacio de trabajo te hace "todo un profesional".
Cuando salí a la calle, el día que pensaba sobre esto, observé gente cansada, ensimismada, callada, caminando con la mirada enfocada en el piso, dormida en el asiento de su ómnibus, encerrada en la música estridente de sus celulares, mirando por la ventana sin parpadear, gente pensando y pensando, parejas sin conversar, de la mano o sentados haciendo algo como comer, sin ganas.
Luego visité a dos clientes, el primero de los cuales lo hacía para dar una charla. Y tengo claro que cuando uno anda entrenado en levantar el ánimo a pesar del cuerpo, es más sencillo y por eso me fue bien, pero he de confesar que cada vez, tengo que hacer un mayor esfuerzo por despertarlos a todos.
En el segundo cliente, tuve la oportunidad de leer en la sala de espera, mientras llegaba la hora de la reunión. Oportunidad que me ayudó a observar que durante ese pequeño lapso de 35 minutos de tardanza, sólo dos de las cinco personas esperando, interactuaron.
4. Cada vez más solitarios, aunque acompañados.
Con tanta información en proceso, con tanto estrés, con tantos productos nocivos, con tanta falta de integración, con tanta ausencia de valores, con tantos mensajes dando vueltas y modificando nuestro entendimiento, a cada minuto, con tanta ausencia de relaciones físicas, conversaciones, palabras de aliento, abrazos, sonrisas, entre tantas cosas maravillosas pero faltantes, que le podemos imprimir a la vida, quizá nos convirtamos en aquellos personajes que mi pequeño hijo ve divertidos: Los Zombies. 😉
Hasta el párrafo anterior puede llegar a quitarte el aliento y mostrar un pequeño signo de lo que también puede pasar porque nos estamos alejando de la socialización, alejándonos uno del otro.
Únicamente, espero que no decidamos dejar de salir a enfrentar el día, todos al mismo tiempo y entonces la pesadilla cinematográfica postulada en ya varias películas, llegue a la realidad.
En medio de razones para individualizarnos al máximo, es difícil no confundirse al evaluar si la eficiencia está estresada o se ha perdido.
5. Buscando algún síntoma válido para aprender a detectar que la eficiencia está estresada
Y ojalá lo hagamos antes de que sea demasiado tarde y nos sorprendan eventos humanos cada vez más complejos.
No debiera ser complicado saber que en el grupo al que pertenecemos (amigos, familia, barrio) o en el trabajo (sea temporal, permanente, de largo horario o corto), puedan detectarse síntomas que demuestran la presencia del estrés en nuestras vidas, afectando nuestro desempeño, pero sin embargo, es algo que encuentro a diario en mis visitas a diversas oficinas.
Muchos de los síntomas se manifiestan en la forma como abordamos el relacionarnos con los demás. ¿Por qué? Principalmente por que el estrés domina la posición de quien lo sufre, buscando aislamiento para evitarlo, o buscando conexiones para expulsarlo.
Y les diré que pensando y expresando esto, algunas mujeres me han referido que el estrés "se bota" en el gimnasio o en el spa, y claro, pero en realidad no se bota, se niega, o reemplaza temporalmente por algo tan de corto plazo como la intensión de aislarlo.
Al menos ello es lo que muchos practicantes de aquellas dinámicas refieren cuando se dan cuenta que regresando a la oficina, o al lugar de donde lo adquieren (que puede ser físico o mental) vuelven a cargarse de tan imposible padecimiento.
6. Enumeremos algunas soluciones coherentes a la mano
Pienso que lo que nos resta por hacer es determinar primero, una estrategia adecuada que incluya aspectos de control del corto plazo y una frontal actitud frente al largo plazo.
En el corto plazo:
- Reconocer el problema, tomar conciencia.
- Impregnarse de motivación, desde los detalles hasta los grandes emprendimientos para cambiar conductas clave.
En el largo plazo:
- Aprender a dejar de enfrentarse al estrés para apreciar como convivir con él.
- Entender, aceptar y saber cómo gestionar la vinculación cuerpo y mente.
- Re-integrarse con el sentimiento de equipo.
- Adquirir habilidades blandas.
Todo lo que nos ayuda a evitar el escenario donde la eficiencia está dormida, se traduce en aportes personales que ayudan a mejorar el "paquete humano" que siempre estuvo sano, vino sano y perjudicamos con el tiempo.
Las personas, emprendedores, trabajadores, deben mirar con otros ojos los condicionamientos que se auto-imponen en la vida familiar, laboral y personal, para poder enfocarse en algo simple y complejo al mismo tiempo: saber vivir.
La eficiencia está estresada y la capacidad se duerme
Escrito por : Sergio González Marín
Director de Overflow Emprende. Consultor Integral e Investigador del Emprendimiento en el Perú. Enfocado en el diseño de estrategias de innovación, marketing y ventas. Asesor de Emprendedores. Escritor y Coach de emprendedores.
Fecha de publicación: 23/06/2015 - Ult. Edición: 05/04/2022