Nunca está demás, identificar el panorama poco alentador que pueden causar la falta de conocimiento o visión al emprender.
No debemos tomar a mal que alguien nos señale el lado negativo de una gestión, o nuestros errores, ya que podríamos estar a punto de entrar, a un espacio de soluciones.
¡Éxito con ello entonces! ¡Vamos a tomarlo con calma, buen humor y a visualizar algunas pautas interesantes para solucionarlos!
Aquí están los 8 desastres que no quieres vivir al emprender, para sí enfocarte en evitarlos.
Hemos preparado una lista interesante, luego de conversar con clientes, tomar nota de procesos de consultoría e incluir aquello que aprendimos en cursos y talleres como participantes, y también desde nuestra experiencia, con la intención de aportar a esta dinámica.
- La crisis del nuevo negocio
- Tener problemas con impuestos
- Los problemas con la capacidad instalada
- El peso de los "productos hueso"
- Quedarte sin equipo de trabajo
- No poder asumir tus obligaciones de pago
- Tener problemas de cobranzas
- La quiebra empresarial
1. La crisis del negocio nuevo
Este es un momento en el cual el emprendedor reflexiona con pensamientos parecidos a: "¿En qué estaba pensando cuando decidí emprender?".
Y no es para menos, emocionarse por el primer día, y luego del primer mes, no tener nada de resultados, cero clientes, cero ventas y un montón de trabajo acumulado realizado y por realizar.
Quizá debamos preguntarnos qué hicimos a nivel de planificación, diseño del negocio, enfoque en el mercado, identificación de nuestro perfil de cliente y por supuesto, definición clara de qué problema vamos a resolver.
La mayoría de crisis es el resultado de anticiparse a estos previos momentos tan importantes para el emprendimiento.
Te recomendamos leer: ¿Cómo detonar las ventas de un negocio nuevo?
2. Tener problemas con impuestos
Uno de los escenarios que produce miedo y burlas en las redes sociales, tiene que ver con los impuestos.
Desde memes, hasta quejas iracundas por la enorme presión tributaria que muchos gobiernos imponen, pasando por la falta de claridad del tema o lo que es peor, la pésima gestión que podemos llegar a ejercer los emprendedores.
Sí, señores, los impuestos pueden ser como sea, pero hechos los compromisos, necesitamos pagarlos.
Este artículo enfocado en la realidad peruana te pueda ayudar a entender el problema: No pagar impuestos a tiempo la peor decisión.
3. Los problemas con la capacidad instalada
Cuando el tamaño de tus capacidades pega duro, algunas veces, perdemos pedidos porque no podemos ser tan productivos como nuestros potenciales clientes requieren.
Es por ello que el tamaño de la capacidad de una empresa es vital para la gestión de las ventas, luego de los acuerdos e inclusive antes.
Podemos perder oportunidades y sin embargo, los costos y las exigencias para mantener nuestro sistema de producción siguen allí, sin ventas.
¿Cómo solucionarlo?
Por un lado, enfocándonos en los métodos, la maquinaria, la tecnología y los procesos que acompañan nuestro desempeño.
Y por otro, afianzando el entrenamiento y la capacitación de nuestros equipos, todo para incrementar nuestros niveles de productividad.
4. El peso de los "productos hueso"
Las tiendas sí que sufren, teniendo que destinar espacio con costo a un grupo de items, que no se venden fácilmente.
Es complicado por que muchas veces se terminan liquidando -en el mejor de los casos- al costo de compras, y en el peor, regalándose con otros productos que sí rotan.
Siempre será más barato tener en el almacén - sea éste especializado o el espacio de tu tienda tal cual- los productos de mayor preferencia por tus clientes.
Sin embargo, a veces cometemos errores que aparecen después, cuando las campañas se van ejecutando y eso nos cuesta y mucho.
¿Cómo solucionarlo? Primero profesionalizando las compras, además de conociendo mejor a los clientes y deduciendo la selección de productos, desde la información de la demanda.
Te recomendamos leer: Tiendas de éxito: 10 Ideas ganadoras para lograrlo.
5. Quedarte sin equipo de trabajo
Un horizonte por demás desolador donde el emprendedor se queda solo por una serie de variables complejas que terminan por fragmentar su equipo, dividirlo y hacerlo añicos.
Más de uno ha pasado por este proceso duro y sinceramente, no se lo deseo a nadie pues me incluyo.
A veces, la mejor opción es dejar que el "equipo tome cuerpo" y resuelva las crisis de forma directa, otras veces, el problema empieza en la selección del personal y finalmente, en un gran grupo de situaciones, la forma cómo se gestiona el talento en la organización es causa y efecto de este problema.
Recientemente escribimos sobre una parte de esta realidad en el artículo: ¿Cómo lograr que mis trabajadores no se vayan a la competencia?
6. Tener problemas de cobranzas
¡Qué emprendedor no ha vivido en carne propia lo que significa tener problemas de cobranzas!
Muchos emprendedores están orientados a vender, pero no a cobrar, y eso crea graves escenarios.
¿Cómo resolverlo?
Primero con calma, lo mejor es establecer puentes de diálogo adicionales a la gestión correcta al identificar el perfil de clientes que se acomode mejor a tus fechas y necesidades de flujo de efectivo.
Claro que los clientes no vienen con la etiqueta "te voy a pagar a tiempo" y aunque lo mejor que podemos hacer es asumir que así será, es importante conocer su perfil de una forma profesional.
De modo que, antes de brindar créditos o empezar procesos largos de producción y/o atención de servicios, la mejor opción es revisar aspectos como el negocio en el que se encuentran, su capacidad de endeudamiento y eventualmente, si registra deudas en el sistema financiero.
Revisa este artículo sobre el tema: Estrategia para la gestión de cobranzas en el emprendimiento
7. No poder asumir tus obligaciones de pagos
Este problema es una consecuencia de otros más, sin embargo, destaca por que moviliza los nervios de los emprendedores y genera estrés en las oficinas ya que se necesita establecer cronogramas para cumplir con obligaciones, prácticamente a diario.
Sucede cuando el flujo de efectivo no es suficiente para resolver los pagos a tiempo, y tampoco a destiempo.
Para resolver este problema necesitamos enfocarnos en el origen y determinar si se trata de:
- Algo temporal o definitivo.
- La falta de una capacidad específica: vender, cobrar, negociar, etc.
- La presencia de costos o gastos realmente innecesarios.
- La ausencia de productividad.
Siempre que el emprendedor que lidera un negocio tenga la voluntad de pagar, mucho se puede hacer para resolver este inconveniente que causa también, dudas en los equipos de trabajo y en los entornos de proveedores y clientes.
8. La quiebra empresarial
Quebrar es la pesadilla de todos los emprendedores y aunque también es el inicio de muchos aprendizajes y puede abrir las puertas a una enorme reflexión, no es la mejor idea pasar por un momento así.
Ocurre cuando tus ingresos, de forma sostenida, ya no alcanzan para sustentar ni siquiera tus gastos más básicos.
El primer síntoma ocurre, cuando tomas la pésima decisión de adeudarte para pagar, y no de vender para ganar y poder cumplir.
Lo importante en esta etapa, es tener claro qué te está llevando a esta situación.
Por supuesto que, cuando las cosas ya están cuesta abajo, lo que puedes hacer es desarrollar alguna estrategia de cierre, que te permita recuperarte después, cambiar de giro, liquidar activos o inclusive, entregar la empresa a acreedores.