¿Qué hacer cuando todo va mal a nuestro alrededor? Es la pregunta que muchos emprendedores nos hemos formulado más de una vez, frente a los riesgos, la "mala racha" y los momentos negativos que no queremos atravesar.
No todo ocurre de la forma en que queremos y siempre que nos hallemos dentro de un mal momento. Quizá será algo difícil de aceptar pero necesitamos aprender a notarlo y afrontarlo con éxito.
Aceptar los malos momentos no significa ser pesimista, al contrario, es ser realista y reconocer que lo que ocurre a nuestro alrededor, no siempre estará bajo nuestro control.
Ten en cuenta que los eventos que veamos como negativos en nuestra vida, no deben eliminar la energía que necesitamos para seguir adelante.
Cuando todo va mal: 9 reflexiones alrededor nuestro
¿Qué hacer cuando todo va mal? Te presentamos 9 reflexiones interesantes que te ayudarán a identificar escenarios, estrategias y soluciones humanas a tu disposición.
- Cuando todo va mal a nuestro alrededor, se siente
- No es buena idea buscar culpables
- El tiempo no corre igual para todos
- Meditar para reconocer qué es lo que nos hace sentir mal
- Analizar la situación de crisis bajo el mayor nivel de autocontrol
- Entender y buscar elementos tipo "causa-efecto"
- Aprender a tomar mejores decisiones
- Acciones puntuales y claras, nunca ideas confusas
- Conclusiones importantes para rediseñar nuestro futuro con valentía
1. Cuando todo va mal a nuestro alrededor, se siente
Sentir frustración, no es malo. Somos humanos y una escena negativa en nuestra vida, nos va a afectar de algún modo. Lo malo es quedarse allí y dejar que esa experiencia nos agobie más allá de lo normal.
Cuando he tenido este sentimiento, me visualizo por debajo de un castillo de naipes a punto de caer. Y de pronto, me veo aplastado por las cartas, sin poder hacer nada, para finalmente levantarme con todo mi alrededor, en ruinas.
Esta metáfora nos ayuda a entender los momentos de fracaso, los cuales incluyen síntomas físicos y mentales que nos podrían conectar con un estado de gran imaginación, descontrolado y difícil de entender y detener.
Cada uno de nosotros va a experimentar diferentes niveles de tensión y la realidad es que solo nosotros seremos los únicos capaces de aprender a tranquilizarnos, para poder resolver este tipo de momentos.
2. No es buena idea buscar culpables
Los equipos que entran en situaciones críticas y generan un ambiente complejo por decir lo menos, viven una especie de "experiencia integral" donde todo lo que cada uno aporte o deje de aportar, ayuda a entender el momento.
Buscar culpables es quizá el primer pensamiento que nos viene a la cabeza cuando nos falla "el mundo entero", pero no es el mejor sentimiento que debería guiarnos.
Cuando señalábamos que la mente nos iba a descontrolar, el hecho de buscar culpables, es el primer síntoma de aquello.
Lo mejor que podemos hacer, es concentrarnos en aquello que se va gestando, como por ejemplo los primeros signos de desconfianza para resolver problemas, las ideas preconcebidas que van distanciando, la falta de comunicación, las ausencias imprevistas, alertas no atendidas, efectos lógicos que no somos capaces de ver, entre otras cosas.
3. El tiempo no corre igual para todos
El tiempo es una variable que analizada por cada persona difiere.
El día no comienza igual para todos, las motivaciones no son las mismas, los sentimientos pueden agotarnos o energizarnos y hasta la forma como vemos el mundo nos puede afectar en los resultados que tenemos o podemos ser capaces de ofrecer a los demás.
Aunque no lo queramos aceptar, necesitamos entender que recibir tiempo de los demás, es algo que puede fallar en algunos casos, si aceptamos esta realidad, podremos gestionar mejor las situaciones tensas que se presenten.
Examinemos los siguientes testimonios recopilados:
- A veces, programas algo y ese algo, cambia de circunstancia obligándote a reprogramarlo.
- Tienes toda la energía para hacer lo mejor por alguien y de pronto, esa persona no quiere nada.
- Estás encaminada en lograr una meta y lo que se supone iba a resolverse bien, se detiene absolutamente.
- Todos dijeron que sí, pero llegado el día, más de la mitad nunca apareció.
- Ante la primera dificultad, de algún modo han renunciado y hoy ya no es viable el proyecto.
Te recomendamos leer: 6 actitudes para evitar que el tiempo nos agobie
4. Meditar para reconocer qué es lo que nos hace sentir mal
Meditar nos ayuda a identificar aquello que nos provoca sentimientos negativos frente a una situación de crisis.
Meditar quiere decir, buscar un espacio de análisis pacífico y concentrado, para ir más allá de uno mismo y de los demás, con el objetivo de entender la disfunción que nos rodea.
En la situación exacta que estés atravesando, este tipo de búsqueda nos va a ayudar muchísimo a soltar tensiones.
- ¿Nos enoja el simple hecho de que nos cambien por otra alternativa?
- ¿Es molesto no ser capaces de explicar mejor los objetivos?
- ¿Nos preocupa transmitir inseguridad sin tenerla?
- ¿Causa en nosotros un perjuicio emocional que las metodologías propuestas no funcionen?
- ¿Nos agobia el comportamiento con bajos niveles de compromiso?
- ¿La frustración aparece cuando expresamos con temor por el "qué dirán"?
5. Analizar la situación de crisis bajo el mayor nivel de autocontrol
No debemos aceptar la inmadurez, la irresponsabilidad, la falta de respeto, la ausencia de empatía o cordialidad, o si quiera la ausencia de comunicación.
Pero sí debemos entender cómo todo esto se relaciona, en un ejercicio auténtico, reflexivo y sobre todo caracterizado por la paz interior.
Así que cuando sientas que los resultados se están acercando peligrosamente a los ratios menos deseados, es importante que actives este tipo de reflexión, rodeada principalmente de acciones de autocontrol, como por ejemplo:
- Auto silenciar tus respuestas sin control emocional.
- Dejar de sacar conclusiones apresuradas.
- Alejarte del escenario.
- Hacer una pausa para recomponerse.
Antes de seguir lee: Mantener la calma en momentos de crisis
6. Entender y buscar elementos tipo "causa-efecto"
Muchas veces nos pasamos por alto dibujar como los elementos de una situación fallida, se unen y articulan la causa-efecto dentro de una situación de crisis.
Identificar esto nos va a conectar con el siguiente paso, pero lo más importante es, que nos ayudará a ahondar el entendimiento de aquello que no rinde bien cuando todo a nuestro alrededor falla.
Del mismo modo, entender la causa y el efecto de los hechos, nos ayudará a ubicarnos mejor, nosotros mismos, en qué lado de esa "ecuación estamos" lo que equivale a hacer un "mea culpa" más honesto.
Algunas conclusiones inherentes a esta etapa son:
- Se coordinó de forma tal que no quedaron claros los horarios.
- Se aceptó en el equipo, criterios demasiado laxos desde el principio.
- Interpretaste una cosa por otra cuando no hubo que hacerlo.
- Se forzó demasiado a las personas y al entorno.
- No hubo claridad en la definición.
- Se sometió todo a un exagerado análisis mostrando ausencia de liderazgo.
- Hiciste, dijiste y expresaste algo que incomodó a alguien o a mucha gente.
- No fuiste capaz de leer las formas de comunicar desinterés que desarrollan muchas personas con temor, inmadurez o falta de seriedad según sea el caso.
- Se instalaron el estrés y la desmotivación en ti y eso te hizo o desatender o bloquear.
- Compitieron contigo espacios de mayor atractividad y resolución.
- Abordaste situaciones diversas con malos sentimientos...
7. Aprender a tomar mejores decisiones
Venga de donde venga la falla o el estado negativo en el que te encuentres, necesitas aprender a tomar mejores decisiones para evitar que la misma densidad ataque de nuevo.
Si llegaste hasta aquí, ten por seguro que ante las evidencias, tienes dos caminos:
- Aceptar con coherencia lo ocurrido y emprender un camino de mejoras, o
- Detenerte y abandonar la motivación y energía que te entusiasmaron originalmente.
Algo interesante es apreciar que esa dualidad no quiere decir que una será mejor que la otra opción, todo depende del momento en el que te encuentres. Muchos grandes pensadores, líderes y emprendedores, han detenido acciones para luego retomarlas, o han cancelado proyectos para abordar otras ideas en veredas muy distintas.
Lo importante de aprender a decidir, es movilizarse metal, física y espiritualmente hacia un estado de mayor control, satisfacción, aprendizaje, integridad y con variables más fructíferas en general.
8. Acciones puntuales y claras, nunca ideas confusas
Como personas, necesitamos aceptar que lo que mejor funciona en la comunicación son las ideas claras, nunca el hecho de estar al medio sin definición o creando confusiones.
En un espacio donde todo falla o va mal, la indefinición, aporta muchísimo para que nada se resuelva, y tenerlo en cuenta es clave para evitar este tipo de episodios.
Por eso, debemos alejarnos de un estilo confuso de ser, relacionarse, dirigir o comunicar.
Si estás a cargo de algo que ha fallado, o te encuentras dentro de ese tipo de frustración, lo más probable es que debas:
- Darle un alto al auto engaño (para ello es importante, como dijimos, meditar).
- Aprender a decir SI o No de forma coherente.
- Eliminar la sobre expectativa que muchas veces tenemos sobre las personas.
- Velar por que nadie se cree falsas expectativas de uno mismo.
- Aprender a conocer de verdad a las personas (algo que necesita tiempo, interrelación y experiencias).
- Desterrar la creencia de que las cosas van a solucionarse sin hacer nada al respecto.
- Asumir tus errores y los de los demás, como enteramente tuyos (eso se llama asumir la total responsabilidad)
- Aprender a aceptar las consecuencias de ciertos niveles de ceguera con los cuales vivimos.
9. Conclusiones importantes para rediseñar nuestro futuro con valentía
Asumir el cambio con valor significa que ante los problemas, necesitamos enfocarnos en obtenemos aprendizajes que podamos transformar en mejoras para nuestra vida.
Muchas veces el cambio en positivo no se concreta porque simplemente no aceptamos las situaciones tensas, fracasos, fallos, equivocaciones y hechos relacionados.
Es importante obtener lo mejor de cada experiencia, sobre todo cuando todo va mal pues ello nos ayudará a ser realistas y saber obtener las mejores conclusiones para seguir adelante con energía.
En esta lista puedes encontrar propuestas importantes a tomar en cuenta:
- Siempre contaremos con nosotros mismos para retomar el control: no nos castiguemos.
- Si perdemos energía, perdemos conexión con todo lo que puede ir bien.
- Los eventos que nos causan problemas son temporales.
- Siempre será muy útil encontrar tranquilidad para entender lo ocurrido.
- Todo tiene una explicación y es importante encontrarla sin obsesionarse.
- Si meditar es el camino, ese camino necesita terminar en algo concreto.
- Es importante que nos incluyamos como parte del problema y también como parte de la solución.
¿Qué hacer cuando todo va mal? 9 reflexiones
Escrito por : Sergio González Marín
Director de Overflow Emprende. Consultor Integral e Investigador del Emprendimiento en el Perú. Enfocado en el diseño de estrategias de innovación, marketing y ventas. Asesor de Emprendedores. Escritor y Coach de emprendedores.
Fecha de publicación: 2 Dic 2019