Practiquemos la integración disolvamos la desunión - Editorial - Overflow.pe

Practiquemos la integración disolvamos la desunión

Practiquemos la integración disolvamos la desunión es un lema de fondo que bien podría dibujar la necesidad de los pueblos de Latinoamérica hoy.

El Editorial de hoy, siento que no es fácil, y a pesar de que llevo pensando varios días, aún aparece la desazón de que nuestros países, en Latinoamérica, son en parte un enorme campo fértil para el abandono y la tristeza.

Por ello señalo “Practiquemos la integración” y no otra cosa que choque directamente con la desilusión, ante tanta prueba, de un lado y otro, respecto de no poder superar la desunión.

Practiquemos la integración disolvamos la desunión

Practicar significa, apostar por intentarlo, ejercerlo, probarlo, y quien sabe, de tanta insistencia, encontrar el camino.

Un camino que quizá no sea igual al punto de partida y nos nutra de coherencia, convivencia, aprendizajes como el de volver a confiar, volver a visualizar salidas en positivo y no dedicarnos únicamente a la presunción obtusa de que todo terminó y no hay más.

Justamente, disolver la desunión, también es algo complejo por asumir, ya que de un modo u otro, somos parte del problema, cuando ejercemos dándole la espalda a otras formas de pensar.

Oportunidades para nuestras distancias y diferencias

La pandemia nos está mostrando desde que empezó, cómo lidear con las distancias, el miedo, la falta de información, la reacción ante la muerte, la tristeza profunda, el hacinamiento y muchas otras barreras, que en términos prácticos nos separan.

Pero en medio de esa separación, hemos inventado justificaciones positivas para responder con mascarillas, mejores dietas, más positivismo, tecnología, nuevas costumbres, control emocional y visiones que nos ayudan a fortalecernos.

Dialoguemos entre nosotros

Practiquemos la integración disolvamos la desunión, principalmente implica dialogar, aceptar, no ser tibios o dejar de defender posiciones, pero sí, hacer un “mea culpa” constructivo que apunte a la integración como la unidad diversa de quienes tenemos derecho a la Nación viva.

Distanciarnos sobre la base de cualquier tipo de diferencia, solo acrecentará el problema de las comunidades enfrentadas. Cuando muchas veces, decimos lo mismo con diferentes intenciones, matices y emociones.

Dialogar es importante, y no debe estar restringido a quienes elegimos en Congresos, Presidencias o Instituciones. Dialoguemos entre nosotros y busquemos puntos equidistantes, acercamientos, intersecciones.

Los temas más urgentes para practicar la integración

Sin duda alguna reflexionar sobre las temáticas nos aleja del enfrentamiento, asignarles prioridad y sensatez, ayuda. Evaluar qué dialogar siempre ha sido la base para lograr mejores acuerdos. Y el hecho de que nuestras diferencias estén marchando, por ideales y demandas sociales, en las calles, debe ser un llamado de atención que no sólo impacte en los políticos, sino en aquellos actores de esta movilización social.

Desde este breve editorial, propongo lo siguiente:

  • Estrategia de salud de mediano y largo plazo, con foco en la pandemia.
  • La integración y desarrollo del país mirando la economía local interdependiente.
  • Enfocarnos en la suma de las capacidades y competencias de los ciudadanos que deben y podemos fortalecer de forma transversal.
  • Solucionar los distanciamientos con pactos ciudadanos que se conviertan en pactos políticos de proyección PAÍS.
  • El rediseño de los partidos políticos hacia la convivencia de la diferencia en nuevas formas representativas y responsables de los intereses de comunidades sin etiquetas.

La Constitución y las leyes en el marco de la integración social.

Pienso que lograr un acuerdo de consenso a nivel de documentos de importancia social como la Constitución y las Leyes suponen un proceso importante para que practiquemos la integración disolvamos la desunión y enrumbemos países enteros.

Pienso además que debemos ser capaces de discernir el cuando y con quienes, hombres y mujeres de intachable experiencia y carrera, no impresentables que sin duda nos pondrían al borde del abismo, y desde los cuales, lamento decirlo, no tenemos garantía de nada.

Pero también debemos ser autocríticos y realistas, coherentes y establecer compromisos que vayan más allá de nuevos horizontes conceptuales o redacciones mejoradas. Necesitamos cumplir la ley, ser responsables en el acuerdo, aceptar la representación.

Más no queda ahí, necesitamos participar en política aunque nuestro enfoque no sea electoral, ser vigilantes, expresar y no dar la espalda, sugerir y no imponer, aprender a negociar por el bien de nuestros países, no de nuestros intereses.

Solo si practicamos valores de unidad, integración y construcción de comunidades, la diferencia será nutritiva y aportará al futuro que nos esperará con bienestar, siempre y cuando el Marco Constitucional y las Leyes, las tengamos en cuenta como tenemos en cuenta nuestra vida misma, de otro modo: ¿Para qué solicitarla si no vamos a respetarla?

Sergio González.
Director Overflow Emprende

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