Estar en desacuerdo no implica falta de respeto

Estar en desacuerdo no implica falta de respeto: 5 claves

Estar en desacuerdo no implica falta de respeto, de ningún tipo, ni merecida, ni ejercida. La lógica de convivencia y aceptación de formas diferentes de pensar, debe suponer siempre, la libertad de expresar y ser tal cual uno es.

El mundo sin embargo, no parece mostrarnos que esa sea la dinámica que más prevalece y por eso, en la tv, en la radio, viajando en ómnibus, entre peatones o conductores particulares, vemos de todo y a toda hora.

El diálogo fuerte, las burlas, los insultos y más, son lo cotidiano y la pregunta sincera es: ¿Podremos sostenernos en el tiempo con ese tipo de interrelación?

Creemos que no tenemos futuro como seres humanos, en la senda de la falta de respeto tras la diferencia de opinión, por ello en este artículo vamos a plantear opciones para rediseñar nuestro comportamiento al máximo posible.

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Estar en desacuerdo no implica falta de respeto: 5 claves

Si optas por estar en desacuerdo con alguien, que las emociones no te lleven por el camino de la falta de respeto. Resuelve las diferencias con el diálogo.

  1. Una visión coherente del significado de estar en desacuerdo
  2. Huir del desacuerdo: ¿Una práctica salvadora?
  3. ¿Cómo deberíamos enfrentar el desacuerdo?
  4. ¿Cómo estar en desacuerdo de forma productiva y encontrar un terreno común
  5. Pensar con amplitud

1. Una visión coherente del significado de estar en desacuerdo

Los desacuerdos son diferencias o distancias de muchos tipos y es bueno que se reflexione sobre ellos, para tener un punto de partida coherente. Es útil tenerles al dialogar, siempre y cuando con ellos, deseemos resolver las tensiones.

No siempre estaremos en el 100% de las veces, de acuerdo con las personas, a pesar de que las conozcamos o formen parte de nuestra familia, sean nuestros amigos o estén lado a lado, trabajando con nosotros.

Es bueno aceptarlo porque es una forma de apreciar el valor de nuestras diferencias y unirnos por las confluencias, como una meta para establecer mejores relaciones y consecuencias.

Los desacuerdos, bien gestionados, pueden ser inclusive la oportunidad perfecta para encontrar puntos clave para unirnos, enfocándonos en la visión del otro, sincerando la comunicación, aprendiendo más y en consecuencia, pisar terreno fértil para resolvernos en lo positivo.

Y claro, no pretendamos estar de acuerdo en todo con alguien, pero si podemos aspirar a excluir temas, mejorar estilos hirientes de comunicación, elegir mejor las palabras, ceder ahora y pedir que el otro ceda después, para que nuestras relaciones, cada vez sean más nutritivas en espacios de fluidez, no de bloqueo o ataque, donde nada se logra y nada fluye.



Nunca la falta de respeto sea física o verbal puede o debe reemplazar un argumento en contra - Overflow.pe

2. Huir del desacuerdo: ¿Una práctica salvadora?

Una lista de las razones por las cuales muchas personas no quieren estar en desacuerdo con otras, iniciar una conversación tensa, o responder en algún medio social, público y digital, comprende:

  • Estar ocupado.
  • Indispuesto.
  • Alterado sin intención de enfrentamiento.
  • Necesitar informarse.
  • No saber qué decir.
  • Pensar diametralmente opuesto a alguien.
  • No querer hacer público algo que se considera privado.
  • Simplemente no querer dialogar.

Y son causas por las cuales las personas, hoy en las redes sociales, pueden abandonar el deseo de expresarse o de continuar comunicándose y desde un punto de vista centrado en la libertad, no son malas decisiones.

Cada vez son más las personas que evitan este tipo de enfrentamientos, y si lo hacen plantean diálogos honestos como forma de resolver diferencias o desencuentros.

Pero huir de un desacuerdo no crea un proceso inteligente como el diálogo, para resolver las diferencias.

Como sociedad, la construcción de un mejor horizonte de vida, no contempla al desacuerdo como resultado, sino al encuentro de ideas y espacios comunes como input del desarrollo, por ello, huir del desacuerdo, puede ser muy sano en lo individual, pero no añade valor en lo colectivo.

Toma en cuenta esta reflexión, y plantéasela a tu "contrincante", quizá juntos, puedan lograr mucho más, por que huyendo y anulando el diálogo, no hay nada más qué lograr.

Momentos emprendedores donde aplicar este artículo:

  • En una negociación tensa con proveedores.
  • Cuando le cobras a un cliente moroso que no quiere pagar.
  • Al cerrar las condiciones más rígidas de una venta complicada.
  • En una reunión de trabajo para resolver un problema entre equipos o personas.
  • Cuando necesitamos llamarle la atención a un colaborador.
  • Cuando expresamos una idea en las redes sociales a titulo personal o representando nuestra marca.
  • Cuando se instalan factores de competencia entre personas dentro de un área.
  • Al presentar y exponer un proyecto, cuando alguien muestra desacuerdo.
  • Cuando formas parte de una junta "muy caliente" para tomar una decisión difícil.

3. ¿Cómo deberíamos enfrentar el desacuerdo?

Lo primero por hacer, supone que, frente a un desacuerdo evidente, ambas partes expresen con libertad, sus porqués y el deseo de comunicarse a pesar de las diferencias.

Sin ello, el balance comenzará a desajustarse y pretender controlar el flujo de la comunicación (uno querrá algo del otro que ninguno está dispuesto a soltar) y eso, implica un retroceso sin mayor validez, ni aporte, para resolver absolutamente nada.

Ahora bien, insisto, es un derecho de cualquiera no continuar en un punto determinado, un diálogo, si opina o siente que no quiere resolver nada. Respetar eso, es también muy importante.

Lo segundo por hacer, una vez completada la expresión inicial -si esta se da de mutuo acuerdo-, viene el hecho de activar el entendimiento del otro, esforzarse por hallarle lógica -que siempre la tendrá- y nutrirse uno de la posición del otro. Un ejercicio que debería anunciarse desde la empatía.

La premisa es sencilla y ataca el ego: Enfocarse en entender un porqué, no significa dar al otro la razón, sino más bien, buscar sus razones, ponerse en sus zapatos y expresar claramente la intención de dialogar con enfoque positivo, aunque no estemos de acuerdo.

En este punto tendríamos que saber diferenciar una estafa intelectual, el deseo de engañar u otras posiciones no éticas o hipócritas, de una sana diferencia de opiniones.

Finalmente, si ambos coinciden en generar consenso, se puede seguir hacia la negociación.

Pero si sólo quieren expresar y aceptar las diferencias, el proceso está completo.

Sea como sea, será satisfactorio.

4. ¿Cómo estar en desacuerdo de forma productiva y encontrar un terreno común

Una presentación TED de Octubre 2018 que vale la pena disfrutar, nos ayudará a entender este aporte, gracias a Julia. Dale clic a este video y compártelo.

Ninguna de estas acciones obtiene un buen resultado cuando existe un desacuerdo por resolver

  • Cambiar el tema de conversación.
  • Reírse o burlarse del otro.
  • Ofender a la persona por que a la idea no la puedes aceptar.
  • Confundir a tu interlocutor.
  • Comparar la idea con otra cosa, supuesto o situación que escapa puntualmente a lo que se está dialogando.
  • Utilizar ejemplos inválidos.
  • Utilizar palabras subidas de tono que distraen la comunicación y la perturban.



5. Pensar con amplitud

Una forma interior de trabajar en uno mismo, que además contribuye a aliviar el estrés en la comunicación, consiste en enfocarse en el pensamiento de amplio espectro, pensar con amplitud, ponerse en la posición de los demás, no ir por el camino de "la única verdad es la nuestra", etc.

Hacerlo, implica abordar espacios de pensamiento que nos vuelvan personas más humildes y accesibles, más reflexivas y flexibles, orientadas a la felicidad en sus extremos, no a la extremista posición del "yoismo".

Fundamentalmente, lo ponemos en práctica cuando reflexionamos antes, durante o después de una comunicación que nos enfrente en un debate por diferencias:

  • ¿Realmente tengo la razón?
  • ¿Qué haría que cambie de opinión?
  • ¿Existen casos diferentes?
  • ¿Podría él o ella tener algo de razón?
  • ¿Por qué piensa como piensa?
  • ¿Y si soy yo el problema?

La base de un pensamiento que se expande, parte de no tomarse nada como personal, sino abordar el objetivo de enfocarse en crecer como persona, en inteligencia y en sabiduría, pero sin hipocresía ni falsedad en la ecuación.

El otro objetivo tiene que ver con volverse un ser pacífico y practicar la elevada escucha, sin asignar, juzgar o culpar de por medio, sin siquiera haber apreciado al otro en su real dimensión.

Estar en desacuerdo no implica falta de respeto

Escrito por : Sergio González Marín

Director de Overflow Emprende. Consultor Integral e Investigador del Emprendimiento en el Perú. Enfocado en el diseño de estrategias de innovación, marketing y ventas. Asesor de Emprendedores. Escritor y Coach de emprendedores.

Fecha de publicación: 19 de Feb 2021

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