Del negocio esencial al negocio estratégico

Del negocio esencial al negocio estratégico

Hace no mucho tiempo atrás, en una época de restricciones a la que llamamos “pandemia”, “cuarentena” y más, muchos emprendedores asumieron el rol de un negocio esencial y de camino aprendimos muchas lecciones. Hoy mirando hacia atrás vivimos una post pandemia que necesita de esos aprendizajes.

Del negocio esencial al negocio estratégico: aprendizajes importantes aplicados post-pandemia.

Durante la pandemia, miles de emprendimientos tuvieron que redefinir su rumbo para sobrevivir. Muchos eligieron reinventarse ofreciendo productos de primera necesidad, ya que estos eran los únicos permitidos por las normas sanitarias, así surgió el formato de negocio esencial.

Aprendizajes de alto impacto para el emprendimiento

Esta decisión marcó el camino para una nueva etapa del emprendimiento, en la que la estrategia y la flexibilidad se volvieron tan esenciales como el producto en sí. Y aunque la pandemia quedó atrás, los aprendizajes derivados de ese periodo siguen siendo útiles.

  • Hoy más que nunca, entender cómo los productos de primera necesidad definieron un negocio esencial nos permite proyectar negocios más preparados, diversos y con mayor sentido de propósito.
  • Muchos cambiaron de rubro en medio de la necesidad doble: seguir emprendiendo y brindar ayuda. El formato de negocio esencial fue temporal, pero también modificó las reglas del juego.

Productos de primera necesidad y la transformación emprendedora.

Un negocio esencial instaló un nuevo sentido de lo esencial. En su momento, ofrecer productos de primera necesidad fue una respuesta urgente, pero también reveló capacidades ocultas en muchos negocios, etapa que permitió abrir nuevas líneas, repensar modelos y conectar con necesidades más profundas.

Hubo giros que emprendieron los negocios, haciendo “downsizing” para sobrevivir: como el caso sonado caso de la famosa cadena Pastelería San Antonio en Perú que optó por el formato de un Minimarket.

Resiliencia empresarial: un sentimiento emprendedor fortalecido.

Muchos emprendedores debieron cerrar o modificar radicalmente su propuesta de valor para incluir productos de primera necesidad y darle forma al estilo de negocio esencial. Este giro, aunque obligado, permitió seguir generando ingresos y mantener activa la relación con clientes.

Un ejemplo típico fue el de un negocio de catering que, ante la imposibilidad de ofrecer eventos, comenzó a vender combos semanales de alimentos básicos a domicilio. Esta adaptación, centrada en productos de primera necesidad, permitió sostenerse en un contexto adverso.

Mantener el rumbo en lo mínimo: ¿solución o trampa?

Sin embargo, poco a poco, llegó el momento de evaluar al negocio esencial y la pregunta llegó sola: ¿Quedarse vendiendo solo productos de primera necesidad?

Y aunque ello permitió sobrevivir, también implicó asumir márgenes bajos y alta competencia. El exceso de oferta en ese segmento hizo que muchos negocios perdieran identidad y foco.

Un minimarket digital que surgió durante la pandemia, por ejemplo, se mantuvo operando solo con productos de primera necesidad por dos años. Hoy lucha por diferenciarse en un mercado saturado sin una marca clara ni propuesta de valor más allá del precio.

Del producto básico al valor agregado: cómo algunos emprendimientos crecieron.

Otros emprendedores vieron en el negocio esencial, una oportunidad y le añadieron valor. No solo vendieron productos de primera necesidad, sino que les añadieron experiencia, diseño o propósito. Esta combinación fue clave para lograr diferenciación.

Un caso típico fue el de una tienda de limpieza que, además de alcohol y desinfectantes, ofrecía kits ecológicos para el hogar, cursos cortos sobre desinfección responsable y delivery con enfoque sostenible. Su apuesta por algo más que los productos de primera necesidad y ello le permitió escalar en medio de la crisis.

Evolución hacia lo esencial hoy: conexión, propósito y adaptabilidad.

Los productos de primera necesidad fueron un punto de partida, pero no deben ser un punto final. Evolucionar implica identificar nuevas formas de ser útil y relevante. Hoy, el concepto de “esencial” ha cambiado:

  • Ya no se trata solo de productos de primera necesidad en su sentido literal, sino de lo que realmente resuelve un problema o mejora la vida del cliente.
  • Un negocio esencial lo es cuando conecta, se adapta y aporta valor real.

Aprendizajes para migrar a un negocio estratégico

Entender cómo un negocio esencial centrado en los productos de primera necesidad estuvo marcado por una etapa difícil nos permite identificar lo que hoy hace que un negocio sea fuerte: flexibilidad, visión, propuesta diferenciada y capacidad de responder a lo inesperado.

Los negocios que solo ofrecieron lo mínimo sobrevivieron, pero los que sumaron visión estratégica están liderando el nuevo escenario emprendedor.

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