¿Importa el dinero para emprender?

¿Es necesario el dinero para emprender?

Con mucha certeza, la mayoría de los emprendedores piensa en dinero para emprender, cada vez que se enfrentan al reto del negocio propio. Diversas motivaciones parten de la ausencia de dinero como recurso y como base para la vida. Y entonces, es lógico que en los negocios sigamos pensando igual, que todo depende del dinero.



Dinero para emprender: ¿por qué sí y por qué no?

Muchos inician su vida en el emprendimiento buscando dinero para hacer realidad el sueño de una empresa. La idea de negocios revisada con datos e información sobre el papel debe transformarse en una oficina si o si. Y no es que esté mal, solo que podemos hacerlo mejor.

¿Debemos ir por el financiamiento como primera opción siempre?

El financiamiento disponible u oferta de créditos va desde los préstamos privados, familiares y de amigos, hasta las ofertas formales del sistema financiero. Todas pasan por evaluarte como sujeto de crédito, o evaluar la idea que tu negocio futuro propone: ¿Qué tanto “funcionará”? ¿Podrás devolver el préstamo?

En realidad nadie sabe lo que el futuro nos proponga, pero lo que sí sabemos es que todo lo que te ocurra, depende de ti. Entonces: ¿A qué estás dispuesto si las cosas se ponen “color de hormiga”?

Es por ello, cuando evaluamos las emociones, que llegamos a la conclusión de que emprender desde el dinero únicamente, puede añadir mayores riesgos, a una actividad que de por sí ya los tiene. Así que, motivados por la duda, exploraremos algunas ideas importantes antes de ir al Banco buscando dinero.

¿El evaluador del Banco tendrá tu misma visión de negocios? Lo más probable es que no.
Te sorprendería saber la cantidad de proyectos que van por dinero al Banco y no lo obtienen.

Compartimos un aporte externo: Hasta qué punto es necesario tener mucho dinero para emprender (elpais.com)

¿Sabemos realmente cuánto cuesta un proyecto de negocio?

Uno de los temas importantes antes de enfocarnos en el dinero para emprender tiene que ver con cuánto cuesta un negocio, proyecto, producto, servicio que vamos lanzar al mercado. ¿Lo sabemos realmente? No. Pero lo podemos inferir, nos podemos acercar en el cálculo y eso es importantísimo para el futuro de nuestro emprendimiento.

Puedo asegurar que lo que sabemos realmente sobre cuánto cuesta un proyecto de negocios, tiene relación con nuestra visión de éxito futuro, con un momento determinado específico y con la información relativa y temporal que utilizamos. Como emprendedores, los administradores son buenos para gestionar datos en situaciones de incertidumbre: aprende de ellos.

Cuánto nos costará el negocio en realidad, es todo un misterio, sobre todo cuando la puesta en marcha ocurre, justamente porque el pasar del tiempo afecta la determinación de los costos y suele cambiarlo todo. Y también está aquello de ceder ante esa gran tentación de cambiar los planes.

Por lo tanto, un proyecto empieza en un costo A y sin duda alguna puede terminar en un costo B, y hasta transformarse de un proyecto X a uno Y. Sólo por la variable tiempo o sólo por un cambio de Visión o quizá porque otros asuntos relevantes cambiaron.

¿De qué nos sirve conocer todo esto? Es una de las bases para determinar que son los ingresos el espacio clave. Y los costos, la base de conducción impostergable.

La definición de todo o la indefinición de nada

Dedicar meses a la determinación exhaustiva de un proyecto carece de sentido si la velocidad de implementación hace que la información base sea obsoleta. Además, centrarse únicamente en la planificación financiera puede resultar en una falta de evaluación de otras variables críticas para el éxito empresarial.

Evalúa esto:

  • Si los precios de los proveedores cambian y nuevos desafiantes competidores ingresan al mercado, desde la rivalidad, o bastase incluir cambios en la demanda: simplemente ¡estás frito!
  • ¿Tiene sentido si, además, aunque lo hagamos rápido, no tenemos las “fuentes” de información suficientemente evaluadas?

Adentrarse en la complejidad de la proyección completa de una futura actividad empresarial centrado únicamente en la planificación financiera o en la definición de todo el proyecto, puede llegar a ser un dolor de cabeza.

¿Y qué ocurre si eso es lo único que hemos aprendido a hacer? Aun así, muchos lo hacen convencidos de que ese es el camino. Y no diré que no lo es. Sólo diré que existen mejores alternativas y muchas actividades complementarias para llegar mejor preparados a definir si necesitamos dinero para emprender únicamente.

A veces en la práctica no puedes determinar cuánto cuesta algo por el solo hecho de que o no sabes quién te puede costear o proporcionar lo que necesitas.



Tiempo versus dinero

Nos resulta claro entender, además, que es necesario invertir tiempo, dinero y esfuerzo. Sabemos que “emprender” significa en pocas palabras que “las cosas no llegan de la noche a la mañana” que “todo toma tiempo” y que probablemente demoremos mayor o menor tiempo, en alcanzar lo que deseamos, según el nivel de enfoque y ganas que dediquemos.

Quizá nos topemos con un asesor, con proveedores, con nuevos socios, con las demandas de los futuros clientes, con la necesidad de crear un nombre, una marca, todo el diseño, un sitio web, en fin. ¿Bastante trabajo por delante cierto? Sin embargo, como emprendedores, la emoción por lograr aquello en lo que hemos decidido enfocarnos es más fuerte y entonces: ¡Arriesgamos y empezamos a actuar!

Sergio González. Director Overflow.pe

¿Y si el tiempo durante el cual aprendes también cuesta? ¿Y si todo depende de muchas más personas además de las de tu equipo, invirtiendo de diversas formas su tiempo disponible? ¿Y si en lugar de actuar estás esperando a que las cosas sucedan? ¿Cómo impacta eso en la necesidad de dinero alrededor de tu negocio? ¿Cuántas personas o empresas están dispuestas a esperar a que llegue el momento perfecto?

¡No me tomes por pesimista. Sólo le busco tres pies al gato a la forma de siempre!

El dinero cuesta más o se agota inmediatamente:

  • Cuando el tiempo transcurre.
  • Si se guarda para esperar el momento de utilizarlo.
  • Si utilizándolo, se emplea en asuntos vinculados a “plazos” equivocados (financiar el corto plazo con préstamos de largo plazo, por ejemplo).
  • Si en un horizonte nulo de ingresos, lo ahorrado se va como el agua por una cañería, gracias a un grifo abierto (los gastos que no esperan).

¿No sería mejor alejarse de ese escenario perverso?

Para que el dinero no te cueste, o para que te cueste lo menos posible, debes tener claro cuando lo necesitas, para qué lo vas a emplear, y cuánto te va a producir, de otro modo, tus costos pueden elevarse demasiado.

Préstamos y Ahorros versus Ventas

La naturaleza del dinero más dañina que podemos adquirir es aquella que prescinde del potencial de las ventas y la capacidad comercial, que genera el dinero más barato del universo: el dinero del cliente en nuestras manos, gracias a una decisión de compras, un evento emocional que necesitamos aprender primero a gestionar.

No existe ningún préstamo ni tampoco capacidad de ahorro alguna que supere un flujo constante de ventas. ¡Piénsalo!

cultura financiera cuida tu dinero
Saber cuidar el dinero para esperar el momento perfecto de gastarlo o desarrollar con éxito aquello que lo genera o atrae: ¿cuál es tu enfoque?

 



Éxito financiero y la toma de decisiones

Aprender a controlar la liquidez (o disponibilidad de dinero en efectivo), identificando la diferencia entre tenerlo disponible, identificarlo como “ganancias” o saber que con ese dinero se cumplirán las obligaciones del negocio significa pensar en cultura financiera. Aprender sobre el dinero implica aprender sobre algunas cosas interesantes: Entender que haber logrado una cuota alta de ventas, no implica necesariamente, haber generado una alta cuota de rentabilidad, menos aún tener crecimiento.

A veces por resolver lo urgente, descuidamos atender lo importante, y ello usualmente termina configurando la opción más cara. Por lo tanto, debemos analizar con frialdad si el tiempo, esfuerzo, dinero y acciones emprendidas, realmente están dando los frutos que deseamos cultivar o existen opciones de menor esfuerzo que pueden lograr lo mismo o llevarnos a mejores resultados.

Sergio González. Director Overflow.pe

Lo que acaban de leer, aplicado a las empresas en marcha, es totalmente válido. Es útil para aquellos emprendedores que necesitan reconectar la máquina productora de éxito en su negocio. ¿Será lo mismo si me interesa empezar desde cero un nuevo negocio pensando en dinero para emprender en él?

Les aseguro que en la realidad, las finanzas son una consecuencia, una actitud luego de la puesta en marcha. Antes, sólo son proyecciones por cumplir. Y aquello de cumplirle a las finanzas no te hará millonario, probablemente ordenado sí, quizá consecuente también, pero no millonario.

¿Qué compran los clientes?
Los clientes buscan satisfactores que les permitan resolver necesidades, no compran por dinero ni intercambian el suyo por más de lo mismo. Sin embargo muchas veces se piensa así desde el emprendimiento.

 

Dinero versus Ideas y satisfactores

El dinero es también una consecuencia. Lo primordial es encontrar aquellas ideas que generen inmediata aparición de mercados y éstos, puedan estar formados por personas yendo detrás de la satisfacción plena representada por aquello que les ofrecemos y en consecuencia compran.

Sin ideas, el mundo del comercio (en cualquiera de sus formas y manifestaciones) no tendría sentido. Si sabes cómo llegar a desarrollar las mejores ideas entonces sabes investigar con agilidad y actuar con rapidez, enfocado en tus futuros clientes. De esta forma cuando llegues a la fase del dinero podrías obtener inversionistas interesados, socios o aliados comprometidos con tu proyecto. De hecho en el mundo emprendedor de hoy, el giro ya se ha dado. ¡No te lo pierdas!

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