Emprender un negocio en serio, implica definir con quien asociarnos y elegir no es fácil.
Muchas personas se arrepienten y otras siguen mostrando un don digno de compartirse vía "best sellers".
Cuando pensamos en asociarnos, surge la necesidad de evaluar en quién confiar no sólo la idea de negocio, sino la convivencia futura.
¿Existe algún método para lograrlo, aplicable en todos los casos?
Definir qué es y qué no es un socio es el primer paso
¿Te han hecho la propuesta de participar en un negocio como "Socio"?
¿Has descubierto que no se trataba exactamente de una inversión societaria sino de otro tipo de asunto?
En mucho, la cultura de negocios, tiende a presentar las ideas de mala manera y justamente por ello, se presentan variados problemas.
Ser socio de alguien no es:
- "¡Tu eres mi amigo y no tienes trabajo, te quiero ayudar!"
- "Seamos socios mientras voy poniendo el negocio y luego ya te contrato"
- "Necesito un socio vendedor, te repartiré más comisiones que las que ofrece el mercado"
- "Seremos socios de esta oportunidad de negocio únete a nuestro equipo de líderes"
¿De qué hablamos entonces?
- De ser dueños de un negocio donde somos los ofertantes.
- Se trata de tomar decisiones conjuntas previamente discutidas y aprobadas.
- Es posible ser los trabajadores del negocio pero eso es otro asunto.
- De mayor o menor propiedad en el negocio según el aporte económico brindado.
- Obtener una rentabilidad por nuestro dinero, gracias a los resultados del negocio.
Tomarse el tiempo para encontrar a esa persona
Dedicarle tiempo a la reflexión consciente y al análisis de largo plazo para elegir a esta persona es vital.
Muchos dicen se parece a la elección matrimonial y no les falta razón pues los vínculos que se crea, son similares a los que propone el emprendimiento formal.
Si nuestra empresa se transforma en nuestro sueño, nuestro hogar y en determinado sentido, uno más de nuestros hijos, elegir socio es algo aún más importante.
Aprender a ser un socio ideal
Actitudes de un socio ideal:
- Fluye contigo, muestra intención y aportes positivos siempre.
- Evita los auto-engaños, sesgos o confusiones.
- Sabe cuándo, cómo y por qué debe decir algo que no es fácil de decir sin que esto signifique liquidar la sociedad.
- Disfruta al máximo el quehacer central del negocio elegido.
- Te enseña a concretar metas, objetivos y resultados si no lo sabes hacer.
- Construye confianza: sabe lo que cuesta y lo fácil que puede ser destruirla.
- Valora tu desempeño y te deja ejecutar sin convertirse en bloqueo, a menos que pongas el riesgo al negocio.
- Quiere hacer el negocio contigo
Como hemos visto encontrar el socio ideal no es algo sencillo.
Si reflexionamos un poco más, probablemente empiece mucho antes del deseo de querer ser emprendedor, junto a la formación de nuestras actitudes y capacidades para vivir en armonía.
Si necesita nuestro aporte para concretar esta búsqueda, no dude en participar de nuestros encuentros emprendedores, quizá su socio le espera allí mismo.
¡Éxitos!
Sergio González Marín
Director Overflow Emprende