Higiene del sueño como estrategia de vida: 4 claves

Higiene del sueño como estrategia de vida: 4 claves

La higiene del sueño como estrategia de productividad en el trabajo de emprendedores o trabajadores impacta en los equipos de forma positiva. Si tenemos problemas al dormir, restamos energía al balance físico-mental.

No deberíamos hablar de esta estrategia hoy, pero el sueño está afectado en todos los niveles (el personal también) y al tomar consciencia del problema, necesitamos poco a poco resolverlo.

Ver a la higiene del sueño como estrategia de vida, nos permitirá examinar al menos 4 claves de utilidad con las cuales combatir los trastornos del sueño, que afectan a millones en el planeta.



Higiene del sueño como estrategia de productividad

  1. ¿Por qué necesitamos dormir lo adecuado o suficiente?
  2. El impacto de la tecnología en el sueño.
  3. Costumbres nocivas que no hacen bien al cerebro.
  4. ¿Qué significa higiene del sueño?

1. ¿Por qué necesitamos dormir lo adecuado o suficiente?

¿Te sientes cansado de forma rutinaria? ¿Has contado el número de horas que duermes y es irregular? ¿La somnolencia te ataca a cualquier hora del día?

Si bien existen factores diversos que debemos revisar con los especialistas que, por ejemplo, podemos revisar con ellos mediante análisis de sangre y citas médicas, sin duda alguna, se sabe que los efectos del exceso o de la falta del sueño en la salud, son realmente perjudiciales.

El sueño adecuado es importante para el ser humano y monitorearlo es el primer paso para recuperar un estado de balance que nos ayude con las tareas físicas y las ocupaciones mentales, la higiene del sueño propone cuidar aquello que logramos al dormir en forma adecuada:

  • Recuperar energías físico-musculares necesarias para la ejecución de tareas importantes en horarios diurnos.
  • Liberar los procesos cerebrales que ayudan al restablecimiento del balance químico, base de una mejor interacción entre nuestra mente y la realidad.
  • Obtener un espacio de tiempo para enfocarnos en asuntos como la meditación en estado Alfa, la visualización positiva, la búsqueda de soluciones a los problemas en estados de paz, entre otros aspectos.
  • Mejorar nuestro comportamiento en relación a la convivencia con el estrés.

 

 

 



2. El impacto de la tecnología en el sueño.

La digitalización nos podría estar ganando la batalla contra el permanente estado de alerta y esto a su vez, disminuir la energía por exceso de desgaste sin oportunidad de recuperación, de modo que lo primero por hacer es revisar cómo actuamos en relación a la tecnología.

La tecnología no es mala, al contrario, nos ayuda a extender y ampliar nuestra productividad, en muchas ocasiones nos distrae y relaja, sin embargo, dos son los aspectos que pueden convertirse en una afectación:

  • La elección poco adecuada de contenidos, tema que no nos aborda hoy.
  • El exceso de uso y compromiso visual y auditivo con dispositivos, que afecta el sueño de calidad, totalmente.

La higiene del sueño es una respuesta a asuntos como la luz azul de las pantallas, que afecta al cerebro pues crea estados de alerta que pueden llegar a ser difíciles de controlar, dependencias complejas de superar que finalmente, se convierten en adicciones (para muchas de las cuales existen ya, nomenclaturas y especialidades psiquiátricas dedicadas a ellas).

Si dejamos la tecnología a una hora prudencial, el efecto en el cerebro puede menguar su impacto y entonces, podremos dormir mejor.

Quedarse con la luz apagada mirando una película en la computadora, o leyendo las redes sociales en tu smartphone, puede causar problemas fisiológicos en los ojos, las muñecas, los hombros, codos e inclusive, debido a la postura, en tu espalda, rodillas y cuello.

Además de lo anterior, esta "vinculación tecnológica" afecta tu capacidad para conciliar el sueño, asunto que afectará al día siguiente, tu capacidad para concentrarte y ejecutar tareas, sin contar con el hecho de que te despertarás tarde o quizá temprano, pero con un alto nivel de desgaste físico-emocional.

3. Costumbres nocivas que no hacen bien al cerebro.

La falta de sueño, o el exceso de un estado de alerta sin tener estímulos naturales de protección o reacción ante el peligro, es algo que nos "inoculamos" de forma premeditada o por pura costumbre, situación nociva que no ayuda a nuestro bienestar emocional ni a nuestra salud y desempeño físicos.

Vivimos rodeados de una gran ansiedad por mantener la vigilia hasta donde más podamos, hemos caído en la dependencia de los celulares, en la exagerada alerta constante y en el consumo de contenidos que afectan nuestra salud mental, justificándonos en la hiper conexión digital y la búsqueda de información relevante para sentirnos seguros.

Aquí una lista de este tipo de costumbres:

  • Comer alimentos que no se procesan de forma ágil más allá de las 8 pm
  • Fumar antes de dormir.
  • Beber alcohol antes de dormir.
  • Ver TV desde la cama y acostarse en consecuencia con contenidos duros (especialmente noticieros).
  • No resolver el estrés del día a día (gestionar las preocupaciones e irse a dormir con ellas en la mente).
  • Ejercitarse de noche, más allá de 45 minutos y dormir de forma inmediata, sin el respectivo espacio para la desactivación.
  • Incorporar ruido al proceso de sueño: desde escuchar música con o sin audífonos, hasta mantener ruidos molestos que podrían resolverse, durante las fases del sueño.
  • Dormir con la luz prendida.
  • Trabajar o estudiar durante toda la noche y hasta el amanecer.
  • Conectarse a series digitales durante toda la noche y madrugada los fines de semana.

El desgaste mental y corporal que implica activarse durante las horas de sueño es irrecuperable, las horas del día, son las mejores, para mantenerse activos.

Necesitamos dormir lo adecuado para ser más productivos durante el día



4. ¿Qué significa higiene del sueño entonces?

Esta última clave es vital para salir de estados de desgaste integral para concentrarse en adquirir costumbres recuperadoras y energizantes.

La higiene del sueño incluye todo aquello que podamos y debamos hacer para lograr recuperar un estado de "nutrición físico-mental" a tal grado que instalemos un estilo de vida saludable en relación al cuidado de las horas y la calidad de estas, destinadas al sueño.

Si revisamos las costumbres señaladas como nocivas (y aquellas que estés realizando y puedes ahora anotar) podríamos tomar nota de lo siguiente:

  • Evitar sustancias que sobre exciten nuestro organismo o generen procesos de digestión nocturnos, que nos resten energía y capacidad para dormir adecuadamente.
  • Evitar contenidos en medios de acceso a la lectura o visualización, que nos dejen pensamientos tensionales, estresantes o de preocupación justo antes de dormir.
  • Aprender a irse a la cama en un estado mental positivo, liberado, abierto a pensamientos agradables o visiones de éxito y solución.
  • Buscar un estado de calma físico antes de emprender la terea de dormir, que esté acompañado de la gestión de un ambiente con cero iluminaciones, ruidos, interrupciones, ocupaciones fuera de hora, pendientes, etc.

Al "limpiar del camino" del sueño, todo tipo de afectaciones, tu capacidad de regeneración y tu motivación al día siguiente, junto con tus niveles de energía, van a incrementarse notablemente.

Solo recuerda estos dos detalles:

  • Toma agua durante el día.
  • Revisa tu colchón. 😉

 

Higiene del sueño como estrategia de vida: 4 claves

Escrito por: Sergio González Marín

Director de Overflow Emprende. Consultor Integral e Investigador del Emprendimiento en el Perú. Enfocado en el diseño de estrategias de innovación, marketing y ventas. Asesor de Emprendedores. Escritor y Coach de emprendedores.

Fecha: 23/11/2022

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