Cada 22 de abril se celebra el Día Mundial del Planeta, una fecha que nació en 1970 en Estados Unidos gracias al senador Gaylord Nelson, quien promovió una jornada de conciencia ambiental en las universidades.
Ese primer movimiento, que logró movilizar a más de 20 millones de personas, fue clave para sentar las bases de lo que hoy entendemos como responsabilidad ecológica global. Desde entonces, el 22 de abril es reconocido por más de 190 países como un momento para reflexionar, actuar y promover cambios reales a favor del planeta que compartimos.
Día mundial del planeta: una mirada desde el emprendimiento.
El Día Mundial del Planeta representa una excelente oportunidad para que los emprendedores revisemos nuestras acciones, decisiones y modelos de negocio en función de su impacto ambiental y social.
No se trata solo de reciclar o reducir el uso de plástico, sino de asumir un rol activo en la construcción de un entorno más justo y sostenible. Desde cómo producimos hasta cómo vendemos, todo tiene un efecto. Y es momento de asumir esa responsabilidad.
Por ello vamos a incorporar lo que consideramos objetivos por alcanzar y temáticas por poner de relieve y en prioridad como emprendedores, y no solo hoy que es el Día Mundial del Planeta, sino todo el año a cada instante por siempre, como parte de una transformación de impacto por la cual todos debemos atravesar.
1. El aire limpio que necesitamos para vivir.
La calidad del aire es vital para nuestra salud. Sin embargo, las emisiones industriales, el uso excesivo del automóvil y la quema de residuos lo deterioran a diario. En este Día Mundial del Planeta, vale la pena preguntarnos si nuestros emprendimientos contribuyen a mejorar o empeorar esta situación.
2. Los ríos: fuentes de vida convertidas en vertederos.
Muchos ríos que antes eran caudalosos y cristalinos hoy son canales de desechos. Las prácticas empresariales irresponsables han influido en este deterioro. Como emprendedores, podemos promover el tratamiento adecuado de residuos y evitar verter productos tóxicos en los sistemas hídricos.
3. El transporte que usamos también contamina.
El uso masivo de vehículos con motores de combustión contribuye significativamente a la contaminación del aire. En este Día Mundial del Planeta, pensemos si podemos hacer entregas más sostenibles, usar transporte eléctrico o reducir los viajes innecesarios.
4. El modelo energético que alimenta nuestros negocios.
Muchas actividades empresariales aún dependen de energías no renovables. Esto no solo afecta al medio ambiente, también representa una oportunidad perdida de innovar. Considerar fuentes renovables puede ser una decisión estratégica y ética.
5. La producción sin control sanitario.
La producción masiva sin estándares adecuados puede generar enfermedades, contaminar ecosistemas y poner en riesgo a los consumidores. Reflexionar en este Día Mundial del Planeta sobre nuestras cadenas de valor es una forma de proteger la vida.
6. Las guerras también afectan el planeta.
Los conflictos armados no solo destruyen ciudades y comunidades, también envenenan suelos, contaminan aguas y desplazan a miles de seres humanos y animales. Como emprendedores, debemos alzar la voz y promover economías de paz.
7. Consumo desmedido: ¿realmente necesitamos tanto?
El modelo económico basado en el “usar y desechar” ya no es sostenible. Como creadores de productos y servicios, los emprendedores podemos fomentar hábitos más responsables y productos duraderos, que respeten el entorno.
8. La falta de educación ambiental empresarial.
Muchos negocios se desarrollan sin una mínima noción del impacto ambiental. Incluir esta formación en nuestras capacitaciones internas puede transformar no solo lo que hacemos, sino cómo lo hacemos.
9. Reflexión de fondo en el Día Mundial del Planeta: ¿Qué estamos haciendo que afecta al planeta y que debemos cambiar?
Preparamos un checklist revisando 20 acciones del ser humano entre las cuales podrían aparecer las que realizas de modo que tómalo en cuenta.
- Usar plásticos de un solo uso en nuestros empaques.
- Diseñar productos sin pensar en su reciclabilidad.
- Promover la obsolescencia programada en nuestros modelos de negocio.
- Consumir energía eléctrica sin medir nuestra huella de carbono.
- Imprimir documentos innecesarios y no usar formatos digitales.
- No separar residuos en oficinas ni en espacios de producción.
- Elegir proveedores sin criterios de sostenibilidad.
- Transportar mercancías en vehículos altamente contaminantes.
- Desperdiciar alimentos o materias primas en procesos productivos.
- No tener políticas internas de sostenibilidad empresarial.
- Usar químicos agresivos en procesos de limpieza o fabricación.
- Participar en cadenas de producción que abusan de personas o ecosistemas.
- Promocionar el consumo masivo en campañas de marketing sin conciencia.
- Ignorar el impacto del ruido industrial en comunidades cercanas.
- Subestimar el impacto del agua que usamos en nuestros procesos.
- Comprar materiales sin considerar su origen ecológico o social.
- Dañar suelos por malas prácticas agrícolas o extractivas.
- No medir nuestra huella ecológica ni planificar su reducción.
- Dejar de lado a comunidades locales en nuestras decisiones empresariales.
- No participar activamente en campañas por el cuidado del planeta.
En este Día Mundial del Planeta, como emprendedores, tenemos la oportunidad de revisar estos puntos y transformar nuestras prácticas. No se trata de hacer todo perfecto, sino de tomar conciencia, actuar con coherencia y comprometerse con el futuro que queremos habitar. Porque el verdadero éxito empresarial también se mide por el impacto positivo que dejamos en el mundo.