Cuando los conceptos nos encarcelan
“Supera tu cárcel pues muchas veces siendo sólo de cartón, aprieta fuerte tu mente y nada más” – Sergio González
Como seres humanos estamos acostumbrados, ya sin darnos cuenta, a definir absolutamente todo, para poder entender nuestro entorno. De hecho sin esas definiciones, ayudados por el lenguaje, no podríamos si quiera haber evolucionado tanto hacia donde hemos llegado en la comprensión de tanto, incluyendo el entendimiento de nosotros mismos. ¿Pero que tal si son las ideas, aquello que condiciona la percepción que tenemos de la realidad? De hecho no es una pregunta fácil, y ha mantenido ocupados a los filósofos desde épocas muy antiguas. Mientras esa pregunta encuentra respuesta, deberíamos pensar en algo importante: ¿Podemos llegar a bloquear nuestro desarrollo gracias a algún tipo de idea o concepto? A ese riesgo inminente, le llamo “Cárcel mental” y a la solución “Supera tu cárcel”.
Ocurre cuando nos damos cuenta que empezamos a defender ideas que se nos demuestran como débiles o sin sustento, gracias al reconocimiento de que, de algún modo atentan contra algo en nuestro interior. Jung, dedicó mucho al estudio de lo que el llamó “sombras” y otros corrientes psicológicas nos hablan de la niñez como fuente de aprendizajes medulares en cuanto al pensamiento posterior. Así que una idea nueva, un cambio, alguna propuesta retadora, o un nuevo negocio delante nuestro, podría atentar contra un temor, un paradigma o simplemente contra algo que alguien nos dijo de pequeños y creímos como inamovible.
Lo importante no radica en desautorizar a quienes lideraron nuestra crianza o aprendizaje, sino en permitirnos crecer, al mismo tiempo que nos liberamos de pensamientos que no aportan al momento que vivimos. Sobre todo si tenemos la oportunidad de contar con un mentor, un equipo o algún colaborador que nos da las pautas o razones para hacerlo.